La Mujer . ¿ Quiénime compra mis violetas? ALBUM-REVISTA «LA MUJER CHIRIGOTAS. Soñé me hallaba en un temploel viernes sanio á la tarde,y entre gente con alardede devoción y de ejemplo. Pero, que luego, azorado,observándola, decía:— Cuanto pasto aquí tendríaLuzbel, por el vil pecado!... Y, como escuchando de élrespuesta exacta, al momento,á mi frente, y de un asientodebajo, encontré un papel Estaba éste, bien doblado;y, una inscripción le noté,más también, un no-sé quéde diabólico sahumado. Pero le alcé, que á porfíami curiosidad triunfaba;y, cuánto al colmo llegabami asombro cuando leía! «Alma
La Mujer . ¿ Quiénime compra mis violetas? ALBUM-REVISTA «LA MUJER CHIRIGOTAS. Soñé me hallaba en un temploel viernes sanio á la tarde,y entre gente con alardede devoción y de ejemplo. Pero, que luego, azorado,observándola, decía:— Cuanto pasto aquí tendríaLuzbel, por el vil pecado!... Y, como escuchando de élrespuesta exacta, al momento,á mi frente, y de un asientodebajo, encontré un papel Estaba éste, bien doblado;y, una inscripción le noté,más también, un no-sé quéde diabólico sahumado. Pero le alcé, que á porfíami curiosidad triunfaba;y, cuánto al colmo llegabami asombro cuando leía! «Almas que al templo llegaron«con culpas á remitir,«d más bien, su porvenir«en mis filas alistaron.» Luego, mi vista prosigueviendo el singular escrito,donde hallé, muy bien descrito,el porcentage que sigue: «De ciento, siguen cincuenta,«porque aquí les vi venir;«sus trapos, sólo á lucir, i«sin la cruz trner en cuenta.» *Otros veinticinco más«de los restantes cayeron,«pues, aquí solo vinieron«á mofar á los demá» ^?Tantos,
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