La Mujer . a de esas fierasá quienes la naturaleza lesda la encarnadura de hom-bre ó el teniente coronel donCárlos Mallo era uno de esosgefes que tratan al interior,—de sargento abajo,—de tal manera que,ó desaparece en aquel toda noción dedignidad ó mantiene ésta en latentes im-pulsos de venganza. Perdónemos la memoria del extinto; perodados esos antecedentes de nuestra dis-ciplina militar, me inclino á creer lo último. El sargento Funes ee ha visto vejado,maltratado ante sus mismos compañeros;ha recibido ó escuchado insultos que elsoldado no ha podido contestar como loharía todo hombre digno
La Mujer . a de esas fierasá quienes la naturaleza lesda la encarnadura de hom-bre ó el teniente coronel donCárlos Mallo era uno de esosgefes que tratan al interior,—de sargento abajo,—de tal manera que,ó desaparece en aquel toda noción dedignidad ó mantiene ésta en latentes im-pulsos de venganza. Perdónemos la memoria del extinto; perodados esos antecedentes de nuestra dis-ciplina militar, me inclino á creer lo último. El sargento Funes ee ha visto vejado,maltratado ante sus mismos compañeros;ha recibido ó escuchado insultos que elsoldado no ha podido contestar como loharía todo hombre digno y dada su situa-ción desesperante ha procedido impulsi-vamente. No trato de defenderlo en su acción pro-ducida, pero sí al soldado que se encuen-tra con frecuencia en situación igual á ladel sargento Funes. Es un ejem-plo, sin embar-go, que debentener muy pre-sentes no sololos gefes sinotoda la oficiali-dad del ejér-cito disciplinamilitar no seha hecho parahumillar alsol-. Despréndase el oficial ó el gefe de susinsignias; colóquese en el lugar de aquel,y conteste. Es, pues, necesario una reforma radicalen ese sentido. Es indispensable que desaparezca de unavez por todas ese procedimiento tanto mas indispensable cuanto que,desgraciadamente, se ase-gura que va á llevarse á caboelservicio militar obligatorioen el ejército de línea á laguardia nacional. El ejemplo de Bahía Blancaes monstruoso; pero es unejemplo y los jefes y oficialesdel ejército argentino queproceden como se deduceque procedió el extinto co-mandante Mallo con el sar-gento Funes, deben tenerlomuy presente. Ambos eran de anteceden-tes irreprochables, como mi-litares, según la expresiónde la ía, pues, de por medioun odio personal del superior al inferiory del inferior al superior. No se concibe de otra manera los vejá-menes que el teniente coronel Mallo im-ponía al sargento Funes poniendo al ser-vicio de su malquerencia repulsiva elabuso y rela
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