. Islas Baleares; por Pablo Piferrer y José Ma. Quadrado. ico castillo,y al oeste el den March al pie de la sierra de Lluch, fertilizado por la fuente deVárig. (¿7) Aunque no será ciertamente por los trigos que produzca el arisco suelo,deriva el nombre, que á la península comunica el cabo, del genitivo plural latinofrumentorum, traducido en catalán por forment, como Termenor de terminotum ;y es el dique más formidable que cabe concebir para quebrantar la furia del golfode León. Comparada la forma de la isla á una piel de carnero, parece su vedijosacola aquella descarnada sierra entre dos mares


. Islas Baleares; por Pablo Piferrer y José Ma. Quadrado. ico castillo,y al oeste el den March al pie de la sierra de Lluch, fertilizado por la fuente deVárig. (¿7) Aunque no será ciertamente por los trigos que produzca el arisco suelo,deriva el nombre, que á la península comunica el cabo, del genitivo plural latinofrumentorum, traducido en catalán por forment, como Termenor de terminotum ;y es el dique más formidable que cabe concebir para quebrantar la furia del golfode León. Comparada la forma de la isla á una piel de carnero, parece su vedijosacola aquella descarnada sierra entre dos mares, cuyo dentellado corte no tienesemejante. Su prolongada extensión no está poblada sino por la casa del únicopredio que la abarca, distante de la villa cuatro leguas, y por el faro de 2. clasecolocado en la punta otras tres leguas adelante. Para llegar allí costéase la bahíahasta el puerto solitario cuya fortaleza se denomina de Albercuix, y superandoun ventoso collado, aparece la inmensidad del mar vivo, cuyo salobre vapor se Qi< <. l^^ftft^C«- O j j O J Q <Z D zwJ o 1036 ISLAS BALEARES de mar completan la escena. También á la derecha coronan lacumbre de un cerro aislado y escarpado un templo dedicado ála imagen de la Virgen encontrada allí en otros tiempos y elconvento de las que se consagraron á su custodia; y unas rui-nas de fábrica antigua señalan donde estuvo el castillo de Po-llensa, uno de los tres en que ponía su defensa Mallorca (a).De este modo, sin movernos del punto del Calvario abarcamos derrama por aquella brecha sobre los campos á increíble distancia: angosto sen-dero, practicado á enorme altura en el declive del ribazo, conduce al cerradobien que hospitalario dominio, que por sus peñascosas cimas y hondonadas, ycerros y llanos, y calas y riberas, silvestre todo ó vestido de pinar, pudiera ejer-citar por algunos meses la curiosa exploración de un geógrafo. Aún más hondasy enérgicas impresiones produce por mar Formentor


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