La Mujer . pos en que, siguien-do la costuQibre del castillo de Santangelde Roma,—se lanzaba un cañonazo paraanunciar al pueblo que el anhelado instan-te de entregarse á los excesos relativos dela locura convencional había llegado, y selanzaba otro para reprimir instantánea-mente el desbordamiento de la frenéticaalegrí, no existe ya, a-quella cos-tumbre Cíl-lificada poialgunos dtbrutal, —in-ventada enFrancia porEnrique III perfeccio-nada en al-gunas pro-vincias dela madrepatria quefué quiennos la im-portó, — dejugar conagua y cás-caras dehuevos,hen ch i dosde odoríferos líquidos,—que no sa


La Mujer . pos en que, siguien-do la costuQibre del castillo de Santangelde Roma,—se lanzaba un cañonazo paraanunciar al pueblo que el anhelado instan-te de entregarse á los excesos relativos dela locura convencional había llegado, y selanzaba otro para reprimir instantánea-mente el desbordamiento de la frenéticaalegrí, no existe ya, a-quella cos-tumbre Cíl-lificada poialgunos dtbrutal, —in-ventada enFrancia porEnrique III perfeccio-nada en al-gunas pro-vincias dela madrepatria quefué quiennos la im-portó, — dejugar conagua y cás-caras dehuevos,hen ch i dosde odoríferos líquidos,—que no sabemospor cuál quedarnos si por esta ó por lade los confecií del carnaval italiano. Se ha librrdo la última batalla y quedaderrotada la tradicional costumbre hastaen la exigüedad de ios pomos. Nada de agua y mucho de cintas depapel y flores de talco, porque asi lo re-quiere nuestra exquisita y lacompleta desaparición de nuestras costum-bres tradicionales. RAFAEL


Size: 1300px × 1921px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bookcentury1800, bookdecade1890, booksubjectwomen, bookyear1899