La Mujer . los que, como yo, seatienen á la significación de las palabras. De lo que de ahí se desprende no sale untrueque ó cambio de tierras por otrastierras, como, por ejemplo, las de Linierspor las de la Chacarita, si no de permu-tar la jurisdicción nacional en lo que hoyes provincial y lo provincial en lo que hoyes nacional, pues que por el tal proyectoBuenos Aires conservará la propiedad delas tierras fiscales que existan en el terri-torio cedido, aunque nada se dice si á laNación le acontecerá lo mismo; esto es, sidel territorio permutado conservará á suvez las tierras fiscales. . Con s


La Mujer . los que, como yo, seatienen á la significación de las palabras. De lo que de ahí se desprende no sale untrueque ó cambio de tierras por otrastierras, como, por ejemplo, las de Linierspor las de la Chacarita, si no de permu-tar la jurisdicción nacional en lo que hoyes provincial y lo provincial en lo que hoyes nacional, pues que por el tal proyectoBuenos Aires conservará la propiedad delas tierras fiscales que existan en el terri-torio cedido, aunque nada se dice si á laNación le acontecerá lo mismo; esto es, sidel territorio permutado conservará á suvez las tierras fiscales. . Con su más y sumenos no ha de estar dicho porque si noson tierras las que se permut an por juris-dicción, ¿qué í-tra cosa que valga le da eldoctor Peilegrini á la provincia de su na-cimiento? Y aún ;isí, ¿qué vale la parte delterritorio y sus tierras de la Pampa Cen-tral limítrofe con la provincia, á que serefiere el provecto, comparado con la ju-risdicción t.ñitorial que comprende la. Á orillas del Lago ALBUM-REVISTA «LA MUJER» ciudad de Bahía Blanca al Norte y RioNegro al Siid? Ya lo dije: lo que una len-teja con una pepita de oro. Y que sea un porteño^—^\ doctor Pelle-grini,—el que tal cosa proponga? Y quesea otro porteño—q\ doctor Irigoyen,—elque lo aceptará? Se dirá que la Nación gana inmensa-mente en la formación de esa nueva pro-vincia. Si, pues; desmembrando á otra. Desde que Buenos Aires cedió, sin nin-gún provecho ni remuneración su capi- tal,—la primera de Sud-América,—á la-Nación, ahí la tenemos de mal en peor,sin banco, sin ferrocarril, sin crédito, es-tagnada ó paralizada en su progreso, conuna ciudad agonizante por meirópolí. dedonde, cumplidas ó no sus obligaciones,huyen las principales autoridades,—?. L.,—como si se temieran ver contamina-dos por flajelo Y quién tuvo y tiene la culpa de todOeso? Akreallá. ANGELES Al amigo señor Setiviio Vianello. Silencio profundo reinaba en la «


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