España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . nsiderar aquellasedificaciones de las últimas centurias que rompen el agradablecoro formado por toda la fábrica, y para cuya erección, con in-feliz acuerdo, fueron destruidos ó bien los restos de la primitivafundación de Alfonso VI, ó bien las primeras construcciones eje-cutadas en los días de San Fernando, hasta el punto de quenada al presente se ofrezca con seguridad como fruto del primertercio de la XIII.^ centuria, abundando en cambio los signos porlos cuales se acredita que cuanto en la actualidad al interiorexiste, es obra de los


España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . nsiderar aquellasedificaciones de las últimas centurias que rompen el agradablecoro formado por toda la fábrica, y para cuya erección, con in-feliz acuerdo, fueron destruidos ó bien los restos de la primitivafundación de Alfonso VI, ó bien las primeras construcciones eje-cutadas en los días de San Fernando, hasta el punto de quenada al presente se ofrezca con seguridad como fruto del primertercio de la XIII.^ centuria, abundando en cambio los signos porlos cuales se acredita que cuanto en la actualidad al interiorexiste, es obra de los siglos xiv.° al presente, y con especialidaddel XV.° en que florecen prelados como don Alonso de Carta-gena y don Luís de Acuña y Osorio. Desechando pues talesconsideraciones de nuestro ánimo, que podrían tal vez condu-cirnos muy lejos del propósito que nos anima, entremos ya enel templo, una vez dada idea de la exterior suntuosidad del mis-mo y quilatado el mérito relativo de todos y cada uno de losmiembros que le componen y CAPITULO XIV La Catedral — Interior UANDO, después de quilatadas las bellezas quehonran y ennoblecen el exterior de tan insig-ne monumento, se penetra en él por la Puerta Realó de Santa María, que á la nave mayor correspon-de; cuando, trasponiendo el atrio (i) y el umbralde aquella humilde entrada, por la cual fué sustituida en el pa-sado siglo la que hubo primitivamente de dar ingreso dignoá la afamada iglesia, según oportunamente insinuamos; cuandose contempla aquel tesoro de riquezas y de prodigios artísticosallí atesorados por el transcurso de los tiempos, la fe de nues-tros mayores, la piedad de nuestros monarcas, la ostentación de (I) Provisto de una balaustrada y de pináculos en los cuales se procuró seguirel orden ojival, que predomina en la fábrica, extiéndese el atrio paralelo á la fa-chada principal ó imafronte, midiendo ó!© de ancho. 53 438 BURGOS nuestros proceres, la devoción de los prelado


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