Cronica de Enrique IV . narios exigidos por , dejando sólo en pie los tributos que los an-tiguos Duques percibían. Además, prometía res-tituirles en dinero cuanto el difunto les hubiese,ilegalmente cobrado. En el pregón la viuda reconoció lo tiránico demuchos de los actos de su marido, indudable-mente ejemplos muy provechosos para la en-mienda en el hijo, y dijo que durante la menoredad de éste ella gobernaría siguiendo los conse-jos de los ciudadanos más distinguidos por sunobleza y pericia. Para elegirlos consultó al pue-blo; dió á conocer sus planes á los genoveses porcartas y mensa


Cronica de Enrique IV . narios exigidos por , dejando sólo en pie los tributos que los an-tiguos Duques percibían. Además, prometía res-tituirles en dinero cuanto el difunto les hubiese,ilegalmente cobrado. En el pregón la viuda reconoció lo tiránico demuchos de los actos de su marido, indudable-mente ejemplos muy provechosos para la en-mienda en el hijo, y dijo que durante la menoredad de éste ella gobernaría siguiendo los conse-jos de los ciudadanos más distinguidos por sunobleza y pericia. Para elegirlos consultó al pue-blo; dió á conocer sus planes á los genoveses porcartas y mensajeros y los exhortó á permanecerconstantes en la fidelidad que espontáneamenteguardaron primero al ilustrísimo duque Francis- CRÓNICA DE ENRIQUE IV 33i -co Sforzza y luego á su hijo Galeazzo. Por tanmaravilloso modo se conservó la tranquilidad enaquel grave suceso, que el Duque pareció en medio de tamaño trastorno comodesgraciado su padre al perecer en medio de íapaz más CAPITULO V


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