La Mujer . Y llamaban la atención porque aquellos carrua-jes, sólidos y elegantes, tirados por robustas yuntasde caballos mestizos, se diferenciaban en mucho conlas viejas victorias y coupées arrastrados por jamel-gos imposibles á que estábamos acostumbrados. Muy lindo; pero mi gozo cayó en el pozo cuandovíque aquellos vehículos se encontraban dirigidospor hombres libres que usaban librea. Sin embargo, me encogí de hombros apesar de midisgusto, porque, tratándose de una empresa particu-lar estaba en su perfecto derecho de exigir que sussirvientes usaran de ese adminiculo, y los sirvientesacept


La Mujer . Y llamaban la atención porque aquellos carrua-jes, sólidos y elegantes, tirados por robustas yuntasde caballos mestizos, se diferenciaban en mucho conlas viejas victorias y coupées arrastrados por jamel-gos imposibles á que estábamos acostumbrados. Muy lindo; pero mi gozo cayó en el pozo cuandovíque aquellos vehículos se encontraban dirigidospor hombres libres que usaban librea. Sin embargo, me encogí de hombros apesar de midisgusto, porque, tratándose de una empresa particu-lar estaba en su perfecto derecho de exigir que sussirvientes usaran de ese adminiculo, y los sirvientesaceptar ó no el truque. Era una librea de paño burdo-gris con ribetesrojos, colocada sobre la ropa usual. Y cómo sudaban los tales cocheros en aquel buendía de verano ! Se trataba de una muestra importada por el hom-bre de la ^ran muñ Había que aclimatarse á y de ahí la orde-nanza que censuramos con justísima razón. Muy natural y plausible que la Municipalidad exi-ja á los cocheros de plaza vastan con aseo y que ha-gan efectivas estrictamente sus responsabilidades paracon la pública decencia; pero de la decencia y ase»á la librea hay tanta diferencia como la que hay dellibre albedrío á la servil esclavitud. ¿No tenemos bastante con que esos yockeys de loshipódromos se hallan visto obligados á rasurarse elvello de la cara como si de ese requisito dependierala selección de la raza caballar? * Pero es que allí como en los referi-dos coches, se tratade particulares que,como ya lo supongo,pueden exigir de sussirvientes los sacri-ficios que estos quie-ran aceptar y aquide una instituciónde todos y para todoscomo lo es la Municipalidad compuesta de represen-tantes de esos mismos cocheros que son tan ciudada-nos como los que los representan. Ella sí que está obligada a velar porque no se im-ponga


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