Discurso de la verdad, dedicado a la alta imperial magestad de Dios . juntar riquezas, para dexarias a ggH otros, S» .S§ ll Befe HQtrps^i yquando menos pienses, <$| entraras desnudo en una sepul- m tura llena de huesos, y calaveras, fe*gque será tu obscuro aposento g¿| hasta el fin del mundo : mira aSÍ-f ^.,, -.,-. 4-~ 1_ x /-» «squanto ha que poseen eííe apo- 8»g sentó los difuntos i Mathusalén f*C| vivió novecientos años,, y hacer- £ g ca de cinco mil, que eftá en la ?$¡ sepultura. El Santo Rey David • • ||vivió poco ,mas de sesenta, y . |¡ ha tres mil años, que eirá en la I» || sepultura
Discurso de la verdad, dedicado a la alta imperial magestad de Dios . juntar riquezas, para dexarias a ggH otros, S» .S§ ll Befe HQtrps^i yquando menos pienses, <$| entraras desnudo en una sepul- m tura llena de huesos, y calaveras, fe*gque será tu obscuro aposento g¿| hasta el fin del mundo : mira aSÍ-f ^.,, -.,-. 4-~ 1_ x /-» «squanto ha que poseen eííe apo- 8»g sentó los difuntos i Mathusalén f*C| vivió novecientos años,, y hacer- £ g ca de cinco mil, que eftá en la ?$¡ sepultura. El Santo Rey David • • ||vivió poco ,mas de sesenta, y . |¡ ha tres mil años, que eirá en la I» || sepultura, Alexandro no llegó a g¡ «¡ treinta , y ha mas de mil años, % ;|¡ que es tierra. Los Pontífices, los ? m Reyes, que pasaron, ya son tier- g || ra. Tus conocidos (vé acordan- p || dote de ellos) vivieron quatro g i|| dias, y serán muertos muchos si- % :|| glos, y tu serás lo mismo. Po- ¡£» .¿| eos días vivirás, y muchas edades g fe B 2 ha- w *§ 12 fñ habitarás con los gusanos* lombrizes de la tierra. ?sí?? §. M \ T Lo peor es la seguridad, P¿I I con que vives, muriendo £*| cada diá. Si te avisasen con ccr- BH| teza^ que uno de los criados de PÁ tu casa te habia de quitar la vida, |$4% ño te guardarías de todos? Pues |$$& si has de morir infaliblemente en P¿i uno de los siete dias de la sema- Ct| na, que son criados, que te sir- pj| ven á tus pasatiemposr; por qué j¡¡I no te guardas de ellos, viviendo gg€l bien, y no fíandote de ninguno, PJÜ como de criados traydores, pues g¿| uno de ellos te ha de quitar la p*£? vida ? Y no sabes qual ha de exe- P3 cutar la sentencia de Dios, y su ^2| san- 5 &t v w v¡¿* ¿fr. v # wr <£ *tf ^ íür * V * * V 4) 13 ?? J santo decreto. De aquel gran ||9 Soldán de Egypto se cuenta, p0% que estando á la muerte, llamó á g*J su Alférez Real , el que llevaba jj||¡ en las batallas su Estandarte, y ¡£*^ le dio la mortaja, con que le ha- W ] bian dé amortajar, y le mandó,
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