La Mujer . mántico;bécil toni hastayaso; desde elde la cocottala graciosa ma-de Lavapiés; desde la odalisca hasta la criolla, Sí, pues; prohibiendo en absoluto el jue-go húmedo de los pomos y prometido quehabrá orden y respeto, las mascaritassueltas y aun agarradas acudirán á losinnumerables corsos que desde ya se indi-can tendrán lugar. Habrá tra-jes capri-chosos,muyca pricho-sos, comopor ejem-plo, el deem pernd orde la Chinacon para-guas, comoese á quienlos travie-sos mucha-chos le ata-rán una ra-taenlatren-za para dar-se el placeró la satisfacción de irle gritando:— ¡La bubónica! ¡La bubóni


La Mujer . mántico;bécil toni hastayaso; desde elde la cocottala graciosa ma-de Lavapiés; desde la odalisca hasta la criolla, Sí, pues; prohibiendo en absoluto el jue-go húmedo de los pomos y prometido quehabrá orden y respeto, las mascaritassueltas y aun agarradas acudirán á losinnumerables corsos que desde ya se indi-can tendrán lugar. Habrá tra-jes capri-chosos,muyca pricho-sos, comopor ejem-plo, el deem pernd orde la Chinacon para-guas, comoese á quienlos travie-sos mucha-chos le ata-rán una ra-taenlatren-za para dar-se el placeró la satisfacción de irle gritando:— ¡La bubónica! ¡La bubónica!De rigurosa ya que de corsos hablo, ¿se seguirácon el tradicional cortejo de desairadoscoches sin adornos? ¿Asistirán á ellos las personas conduci-das de particular? Seguirán aquellasinterminables detenciones (parada y fon-da, como dice «El último chulo») que les handado á esas fiestas mas carácter de cere-monia fúnebre que de corso carnavalesco? KI-KI-RT-KÍ.. Mi vecina Rosalía Tiene la rar • manía De ponerse en los balcones, Desde que amanece el día Hasta el toque de oraciones; Y 5 0 digo:«Esa breva busca un hig-o». T?s tan bruto don José, Y tan estúpido y tan ¡Vále:ame Diosl yo no sé Corno hay hombre que haga pan Y sin pena se lo dé; Pero digo:¡«Qué barato que está el trigo! LETRILLA Mi buen amigo Jonás,Que es casado con Andrea,Cuando con ella pasea,Se lleva al primo detrásPegado como una oblea; Y )o digo : «A los toros vá mi amigo». Mi flairante capitán,De bravura señalada,Con cristianísimo afánHa encomendado su espadaA la virgen de Lujan; Y yo digo : «H03 me paso al enemigo». La bella huérfana EstelaDice llena de no conoce otro el cariño de su abuel iY el Ídem de su tutor; Y yo digo: «La inocencia te bendigo!» Mauricia la solterona Tiene unos ojos de mona, Que ILra como dos caños Cada vez que reflexiona Que está sola á los veinte años; Y yo digo:«Pobre niña sin abrigo


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