La literatura española; resumen de historia crítica . distinciones nobiliarias e hidalguiles, contra las cuales se sublevael espíritu democrático de nuestra edad. Si se permiten murmurar delgobierno, es achacando sus males y desaciertos a los validos, ministros oconsejeros, jamás al monarca mismo, y no se tolera nunca que sus mismasmurmuraciones sean coreadas por extranjeros. ¡Eso jamás! Así, Lope deVega pone en labios de uno de los capitanes orangistas de Flandes elsiguiente parlamento, dicho al gobernador de Mastrique, esperanzado deque se levantara el cerco, por haber sabidoque los españole
La literatura española; resumen de historia crítica . distinciones nobiliarias e hidalguiles, contra las cuales se sublevael espíritu democrático de nuestra edad. Si se permiten murmurar delgobierno, es achacando sus males y desaciertos a los validos, ministros oconsejeros, jamás al monarca mismo, y no se tolera nunca que sus mismasmurmuraciones sean coreadas por extranjeros. ¡Eso jamás! Así, Lope deVega pone en labios de uno de los capitanes orangistas de Flandes elsiguiente parlamento, dicho al gobernador de Mastrique, esperanzado deque se levantara el cerco, por haber sabidoque los españoles murmuraban del duquede Parma: Eso de quejarse del,No engañe tus pensamientos;Que a Carlos Quinto decíaEn Túnez un capitán:Los españoles estánMurmurando todo el día. Y él respondióle: Pues id, Y para vengarme dellos,Mal de mis cosas é el alemán, y no habíaMal de Carlos V hablado,Cuando cayó por un ladoDe una puñalada frí dellos hice,No creas que se le irán:Dicen mal del capitán, Y matan a quien lo Fernández de Córdoba (Diego). Marca usada en Valladolid desde 1560 hasta 1612. 67 SALCEDO. - LA LITERATURA ESPAÑOLA - TOMO II 22. La unidad nacional y el castellanismo. — No sólo fuéespañola la literatura del Siglo de oro, sino profundamente castellana. Bas-tan las poesías, novelas y comedias de la época, para convencerse de lainexactitud con que se dijo en nuestro tiempo que la unidad nacional nohabía sido más que hilvanada por los Reyes Católicos. Conservaron losreinos y principados sus leyes civiles y sus instituciones políticas; pero encada uno de ellos tuvo el rey, órgano venerado del Poder central, mayorautoridad efectiva que los órganos forales, y la unidad social refléjaseintensamente en las bellas Letras. En el Quijote no hay nada que huela aregionalismo. Algún catalanista, y de los tan templados y prudentes como Mané y Flaquer, ha querido sacar un argumentode llamar Cervantes a la Mancha patria de donQ
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