. Fabulas. EL LÁTIGO. La madre de un muchacho campesinoGanaba de comer hilando lino, Y el muchacho, grandísimo galopo,Le hurtaba una porción de cada las porciones, fué tejiendoUn látigo tremendo, Con la villana idea De pegar á los chicos de la aldea. Los ocios del amigo no eran buenos; La intención, por lo visto, mucho menos. Dióse á pelar la rueca tanta prisa. Que hubo la madre de notar la sisa; Y registrando con afán prolijoEl arca donde el hijoGuardaba con su ropa sus peones,El látigo encontró de óle furibunda, Y al muchacho le dió tan larga á contar de


. Fabulas. EL LÁTIGO. La madre de un muchacho campesinoGanaba de comer hilando lino, Y el muchacho, grandísimo galopo,Le hurtaba una porción de cada las porciones, fué tejiendoUn látigo tremendo, Con la villana idea De pegar á los chicos de la aldea. Los ocios del amigo no eran buenos; La intención, por lo visto, mucho menos. Dióse á pelar la rueca tanta prisa. Que hubo la madre de notar la sisa; Y registrando con afán prolijoEl arca donde el hijoGuardaba con su ropa sus peones,El látigo encontró de óle furibunda, Y al muchacho le dió tan larga á contar de las nalgas al cogote, 58 OBRAS DE HARTZENBUSCH No le dejó lugar libre de azote,Diciendo, al batanarle de alto á baj—¡Mira cómo te luce tu trabajo!A robar te llevó tu mal deseo,Y con el robo yo te vapuleo. Siempre verás que el vicioSe labra por sus manos el suplicio.


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