La Mujer . LA NUEVA SERPENTINA. Cuando el doctor García Merou se hizocargo del Ministerio, hubo acuerdo á ob-jeto de tratar sobre la eterna mentira-las economías del presupuesto. - -Yo creo-dijj el fllamanLe ministro—quedebemos empezar por rebabarnos á la mi-tad nuestro sueldo de ministros. Los colegas no replicaron; pero lo mira-ron con verdadera estupefacción, estupe-facción que se tradujo muy luego en en-cogimiento d-í hombros y en mudas y elo-cuentes espresiones de desdeñosa burla. Este doctor Merou tiene ideas muv en- trañas! Mire usted, rebajar á los ministroslos sueldos! Esos caballeros


La Mujer . LA NUEVA SERPENTINA. Cuando el doctor García Merou se hizocargo del Ministerio, hubo acuerdo á ob-jeto de tratar sobre la eterna mentira-las economías del presupuesto. - -Yo creo-dijj el fllamanLe ministro—quedebemos empezar por rebabarnos á la mi-tad nuestro sueldo de ministros. Los colegas no replicaron; pero lo mira-ron con verdadera estupefacción, estupe-facción que se tradujo muy luego en en-cogimiento d-í hombros y en mudas y elo-cuentes espresiones de desdeñosa burla. Este doctor Merou tiene ideas muv en- trañas! Mire usted, rebajar á los ministroslos sueldos! Esos caballeros no se rebajaná tanto. * Dice Fragueiro, traduciendo: «Cuentan que un jar .dinero tenía un jar-din bello y ameno y un verjel mas IVescoque los de ; Pues con decir que tenía dos jardinesestaba del otro lado. Verjel y jardín ameno es lo mismito, se-ñor Fragueiro. Con que á no comulgarcon ruedas de molino.


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