La Mujer . sabe conocerse, debe darse á conocer yjuzgarse según le Juzguen. Por eso es una ventajaindisctitible conocerse á sí mismo. —El hombre sin Dios y sin conciencia, no sabe llo-rar y el hombre que no sábe llorar no tiene afectos nisentimientos, ni alcanza á comprender el valor de unalágrima agena, y, por lo tanto, no es digno de ser con-tado entre la humanidad. —El matrimonio es el bajel que conduce á la felici-dad ó á la desdicha. La mujer, por intuición, es eltimón y el hombre el timonel que la maneja. La habi-lidad consiste en dejarse conducir por es? timón in-consciente de la volunt


La Mujer . sabe conocerse, debe darse á conocer yjuzgarse según le Juzguen. Por eso es una ventajaindisctitible conocerse á sí mismo. —El hombre sin Dios y sin conciencia, no sabe llo-rar y el hombre que no sábe llorar no tiene afectos nisentimientos, ni alcanza á comprender el valor de unalágrima agena, y, por lo tanto, no es digno de ser con-tado entre la humanidad. —El matrimonio es el bajel que conduce á la felici-dad ó á la desdicha. La mujer, por intuición, es eltimón y el hombre el timonel que la maneja. La habi-lidad consiste en dejarse conducir por es? timón in-consciente de la voluntad del hombre y en descubrir átiempo sus tendencias. Sin esta habilidad, el bajelnavegará siempre á merced de las caprichosas oíashasta el instante del naufragio. —El hombre que no cree en Dios, debe creer en suconciencia. —Los grandes pesares y las grandes dichas, se pa-recen en que se callan. Enrique Plá. ALBUM - REVISTA < LA MUJKR . ECOS PATRIOTICOS MUSEO HISTÓRICO ARGENTINO.


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