América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . erdor, grandes árboles, casas portica-das y pulquerías en las cuales entran á beber los muchos indios que frecuentan los canales yla laguna. 28o AMÉRICA PINTORESCA La máquina silba. Partimos á las tres. La vía férrea sigue la gran calzada por la cualCortés entró en otro tiempo en México, y atravesamos un llano pantanoso con un canalinfecto á un lado. Todo está desierto, miserable, y es de tristeza indecible. En tiempo delos aztecas esta calzada estaba plantada de árboles; las aguas que por todas p


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . erdor, grandes árboles, casas portica-das y pulquerías en las cuales entran á beber los muchos indios que frecuentan los canales yla laguna. 28o AMÉRICA PINTORESCA La máquina silba. Partimos á las tres. La vía férrea sigue la gran calzada por la cualCortés entró en otro tiempo en México, y atravesamos un llano pantanoso con un canalinfecto á un lado. Todo está desierto, miserable, y es de tristeza indecible. En tiempo delos aztecas esta calzada estaba plantada de árboles; las aguas que por todas partes se hanretirado á tal distancia que apenas se las ve, y el lago, al alejarse, no han dejado más quetierras de superficie salina y pestíferas charcas. Y sin embargo, ¡cuántas hermosas ciudadesse escalonaban, al decir de los historiadores, á lo largo de esta gran vía! Ciudades llenas demonumentos de paredes tersas y brillantes como plata, de esbeltas torres, ciudades enlazadasentre sí por mil y mil barcas ligeras y por esas hermosas islas flotantes llamadas La piedra del Sol ó de Tízoc en el museo de México (De fotografía) A nuestra derecha, algunos indios chapotean en el agua cenagosa y provistos de unapequeña red, pescan peces blancos de gusto fangoso. No se ve un árbol, sino cañaverales yun camino polvoriento. Dejamos á la izquierda el Peñón y sus aguas sulfurosas, y luego !llegamos á Santa Marta, en donde estaba en lo antiguo la cabeza de la calzada: en brevesaldremos de la cuenca del lago, antes tan verde y risueña, tan animada, tan viva, y hoy tanmuerta que no resucitará jamás. El horror que tienen los habitantes á toda verdura ha hecho |de este admirable valle el país más miserable del mundo. ¡Ah! ¡Desgraciados, que no lesgustan los árboles y los destruyen! Todavía continúa esta vandálica tarea, y esos picachosvolcánicos de que está salpicado el valle y que le prestan una fisonomía tan extraordinaria ytan pi


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