. Viaje polÃ-tico-cientÃ-fico alrededor del mundo [microform] : por las corbetas Descubierta y Atrevida al mando de los capitanes de navÃ-o D. Alejandro Malaspina y Don José de Bustamante y Guerra, desde 1789 á 1794. Descubierta (Corvette); Atrevida (Corvette); Descubierta (Corvette); Atrevida (Corvette); Voyages around the world; Scientific expeditions; Voyages autour du monde; Expéditions scientifiques. 66 VIAJH AUKEDUnOK DKI, MUNDO. M uu: I en desquite una piel y un bezoar de guanaco y | un fjunnaco vivo pequeño, al cual podÃ-a muy bien aplicaise la elefÃ-antc pintura que el Como- <l


. Viaje polÃ-tico-cientÃ-fico alrededor del mundo [microform] : por las corbetas Descubierta y Atrevida al mando de los capitanes de navÃ-o D. Alejandro Malaspina y Don José de Bustamante y Guerra, desde 1789 á 1794. Descubierta (Corvette); Atrevida (Corvette); Descubierta (Corvette); Atrevida (Corvette); Voyages around the world; Scientific expeditions; Voyages autour du monde; Expéditions scientifiques. 66 VIAJH AUKEDUnOK DKI, MUNDO. M uu: I en desquite una piel y un bezoar de guanaco y | un fjunnaco vivo pequeño, al cual podÃ-a muy bien aplicaise la elefÃ-antc pintura que el Como- <loro Hiion haliÃ-a hecho de otro animal seme- jante. Se dirigÃ-an particularmente nuestras pregun- tas al conocimiento de su idioma y costumbres. Convinimos con 1). Antonio l'ineda en cuanto al idioma, que trabajarÃ-amos separados; que hecho un pc{|ueño acopio de palabras en una sesión, procurarÃ-amos confrontarlas todas en la sesión siguiente antes de aprender otras; finalmente, (|ue siendo sumamente equÃ-voco el enterarse de las costumbres mientras no se tuviese la menor idea del idioma, dejarÃ-amos en mucha parta este objeto para las visitas sucesivas, en las cuales nos acompaiÃ-ase el IMloto l'eña: asÃ- lo bi- cimos, y como ya se ha indicado, nos fueron principalmente útiles dos mujeres que sabÃ-an no pocas palabras castellanas, y conocÃ-an los Pilo- tos Tafor y Peña. Desde el principio, los naturales habÃ-an so- licitado (jue se apartasen los dos soldados arma- dos; se les complació inmediatamente, y esta contianza nos ligó al parecer de tal modo, que habiéndole preguntado D. Cayetano Valdés si extrañarÃ-an que tirase á un ave no distante, con- descendieron los hombres á ello, mas oponién- dose mujeres y niños que hacÃ-an ademán de asustarse y aun de quererse ausentar, lo omitió prudentemente y con esto causó una satisfacción general. lÃ-ran las dos y media de la tarde, cuando pensamos en se


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