América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . Recolección de las Schomliurgkia La despedida tuvo efecto en el alto de Buenavista, en el mismo sitio donde á la ida nues-tros ojos extasiados admiraron por primera vez el majestuoso panorama de los Llanos, queeran entonces para mÃ- un misterio, y que, después de mi partida, ya no habia devolver á comitiva se detuvo, y sin apearnos se escanció un sorbo de Jerez en los vasos de asta, ribe-teados de plata. Luego nos inclinamos sobre la silla, nos abrazamos entre protestas de eternaamist
América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . Recolección de las Schomliurgkia La despedida tuvo efecto en el alto de Buenavista, en el mismo sitio donde á la ida nues-tros ojos extasiados admiraron por primera vez el majestuoso panorama de los Llanos, queeran entonces para mÃ- un misterio, y que, después de mi partida, ya no habia devolver á comitiva se detuvo, y sin apearnos se escanció un sorbo de Jerez en los vasos de asta, ribe-teados de plata. Luego nos inclinamos sobre la silla, nos abrazamos entre protestas de eternaamistad, cambiamos sendos apretones de mano, jurando volver á vernos, si no en este mun-do en el otro, y después, vueltas las grupas de nuestras cabalgaduras, cada cual se fué por su o&/]o 602 AMÃRICA PINTORESCA Nada más triste ni que afecte tanto como los momentos que suceden inmediatamente áesta clase de separaciones. ¡Cuántas amistades mucho más antiguas y arraigadas, no logranengendrar los vivos recuerdos que despiertan ciertos conocimientos trabados con rapidez, peroen los cuales surge en el acto la intimidad más cordial, puesto que la vida en los Llanos exi-ge mutuos auxilios y cuidados en todos y cada uno de los instantes! Mas nuestras ¡deas, veladas al principio, se van despejando ante la magnÃ-fica vegetaciónque se presenta á nuestra vista, de todo en todo distinta de la que se observa en la llanura, yentre la cual volvemos á encontrar sucesivamente á nuestros conocidos del mes anterior. Yeso que ahora tenÃ-amos un nuevo cuidado. La conducción á Bogotá de las riquezas que mehabia suministrado la pródiga naturaleza virgen de los Llanos, exigÃ-a un aumento de acémi-las, y era preciso no separar un instante los ojos de aquellas caballerÃ
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