. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Natural history. DE HISTORIA NATURAL. 347 ojos. Si se ha empleado el primer procedimiento, que es el más cómodo, se vuelve luego la piel con el pelo hacia fuera, y se exa- mina con cuidado á ver si hay alguna mancha de sangre. Estas manchas, si no son muy grandes, salen bien con un cepillo de dientes; pero los ejemplares muy ensangrentados ó grasa hay que lavarlos bien con agua y jabón antes de poner el arsénico, secándolos luego con serríti. Sigue la operación del relleno, que se harcá con algodón, estopa ó viruta, según el tama


. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Natural history. DE HISTORIA NATURAL. 347 ojos. Si se ha empleado el primer procedimiento, que es el más cómodo, se vuelve luego la piel con el pelo hacia fuera, y se exa- mina con cuidado á ver si hay alguna mancha de sangre. Estas manchas, si no son muy grandes, salen bien con un cepillo de dientes; pero los ejemplares muy ensangrentados ó grasa hay que lavarlos bien con agua y jabón antes de poner el arsénico, secándolos luego con serríti. Sigue la operación del relleno, que se harcá con algodón, estopa ó viruta, según el tamaño del animal. Guando éste es pequeño (del volumen de una ardilla para abajo), se toma un trozo de algodón un poco más grande que el cuerpo, y con ayuda de las pinzas se introduce dentro de la piel. El medio más sencillo de hacerlo es poner la piel nuevamente del revés, excepto la cabeza, introducir en ésta un extremo del pedazo de algodón, y luego ir volviendo sobre este último la piel. Los cuatro miembros se relle- nan separadamente, y á continuación se toma un pedazo de alam-. Pig. 9 a_Pequeño mamífero prepararlo en piel, secándose sobre la tablilla de pita. Este dibujo muestra el aspecto que deben ofrecer, una vez terminados, todos los mi- cromamiferos destinados á colecciones de estudio. bre un poco más largo que la cola, se afila un poco con la lima y se introduce en la piel de aquélla, después de envolverlo en una ligera capa de algodón é impregnarlo en arsénico. En los ejem- plares algo mayores debe ponerse también alambre en las patas» que sin esta precaución fácilmente se rompen al secarse. Algunos colectores hacen lo mismo en los micromamíferos, pero yo no lo creo indispensable. Relleno ya el animal, se cierra la abertura con unas puntadas, ^y se le tiende con el vientre hacia abajo sobre una tabla de ma- dera blanda, corcho ó pita, y por medio de cuatro alfileres se le clavan las cufitro patas con los dedos bien extendidos


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