. Boletín de la Sociedad Natural history; Natural history. GiiDo BoxARELLi ! Epirofjeni'i v Paleogeografía de Sud Ainériv 5o5 Hiironiano, etc., etc.), existen en realidad repetidas lagunas, ó liiatiis, entre miembro y miembro y que en la base misma del Proterozoico se observan hasta la evidencia, en muchos lugares, los vestigios do un largo período de « subsidencia » continental. Se han distinguido hasta tres ó cuatro períodos más importantes de subsidencia continental en dicha serie, y parece que los sedimentos posteriores á cada uno de estos períodos diastróficos se han deposi- tado


. Boletín de la Sociedad Natural history; Natural history. GiiDo BoxARELLi ! Epirofjeni'i v Paleogeografía de Sud Ainériv 5o5 Hiironiano, etc., etc.), existen en realidad repetidas lagunas, ó liiatiis, entre miembro y miembro y que en la base misma del Proterozoico se observan hasta la evidencia, en muchos lugares, los vestigios do un largo período de « subsidencia » continental. Se han distinguido hasta tres ó cuatro períodos más importantes de subsidencia continental en dicha serie, y parece que los sedimentos posteriores á cada uno de estos períodos diastróficos se han deposi- tado sobre la superficie de erosión de plegamientos anteriores. La mayoría de estos plegamientos presenta un aspecto muy especial, pu- diendo más bien hablarse de arrugamientos regionales (fig. 3 y 4)- Estos plegamientos en forma de pequeños y repetidos zig-zag y los otros en forma de repetidas ondulaciones no tienen nada que ver con los diferentes tipos de plegamiento orogénico propiamente Todos estos movimientos y plegamientos han tenido por resultado la extremada complicación tectónica de aquellas partes de los « escu- dos )) donde aflora la serie (( proterozoica », lo que, junto con otras dificultades por tratarse de formaciones en que los fenómenos meta- mórficos y los fenómenos eruptivos se han desarrollado con la mayor intensidad, impide muchas veces reconstruir exactamente la historia geológica detallada de los ambientes protepíricos. Sólo podemos decir, con seguridad, que el primer epiciclo activo de los movimientos á que se debe la formación definitiva de los conti- nentes primordiales, tiene su fase culminante al final del proterozoico (precámbrico) (i). En este mismo período, á lo largo de las fajas y zonas de relieves positivos de la costra terrestre, alrededor de los escudos, se acentuó la paulatina emergencia de unas cuantas exten- (i) Esta sería la verdadera fase (ó epiciclo activo) de los movimientos « hurónicos ». («


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