España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . de la victoria conseguida por la miliciade Santander contra la facción, y que hoy cruza con indiferenciael viajero, cuando ha sido en las postrimerías de la Edad-Media,como en la primera mitad de este nuestro siglo, teatro de san-grientas aventuras, — mientras desde él habrás de disfrutar lahermosa perspectiva que ofrece la Plaza de Velar de ^ la línea deconstrucciones del Muelle y la bahía, y de una y otra parte seofrece animadísimo espectáculo, que continúa al paso que nosdirigimos hacia lo que fué puebla nueva^ y desembocamos en la
España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . de la victoria conseguida por la miliciade Santander contra la facción, y que hoy cruza con indiferenciael viajero, cuando ha sido en las postrimerías de la Edad-Media,como en la primera mitad de este nuestro siglo, teatro de san-grientas aventuras, — mientras desde él habrás de disfrutar lahermosa perspectiva que ofrece la Plaza de Velar de ^ la línea deconstrucciones del Muelle y la bahía, y de una y otra parte seofrece animadísimo espectáculo, que continúa al paso que nosdirigimos hacia lo que fué puebla nueva^ y desembocamos en la (i) Sutileza, cap. IV.(2) Id., cap. VII. 368 SANTANDER nada desahogada Plaza Vieja ó de la Constitución^ — prescin-diendo de la Casa consistorial^ edificio de sillería que se levantasobre cuatro arcos á la izquierda no sin pretensiones monumen-tales,— formando ángulo entrante con ella, desde luego habráde llamar lector tu atención vetusto edificio, que dobla á la callede Santa Clara^ y que compuesto de dos pisos, demás del SANTANDER. —Vista de la Ciudad nos sale al encuentro para renovar añejas memorias. Con dosleones por tenantes, y timbrado de un yelmo coronado de plu-mas,—á la altura del segundo piso destaca heráldico blasón no-biliario sobre el ángulo del edificio, y por cima de la imposta,como para pregonar desde allí la hidalguía del linaje de la Ri-baherrera, fundadores de una de las capillas de la Catedral enel siglo XVII á cuya época corresponde. De malas proporciones,aunque aspecto simpático, — abre ya en la calle de Santa Clarasu ingreso, de vulgar arco de medio punto, desornado, cuyasrecias dovelas se señalan sobre el muro, para surgir después elbalconaje de hierro, en el piso principal, donde apilastrados, y SANTANDER 369 de frontón triangular con remates de bolas en las vertientes,perforan la fachada tres huecos, en tanto que otro, de mayorlatitud, se rasga en la esquina con el frontón partido y románti-cas a
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