La Mujer . —Hombre, á sus niños los puede llevarla señora_ disfrazados de payasos ó de cualquier otra cosa. Si leparece á usted mejor ymás propio por temor deque á la señora no la res-peten ... —Que no la respetaríanyendo Esa es otrade nuestras costumbres. — Que debía desapare-cer.—Como desaparecerá.Pero, volviendo á los ni-ños y ya que quiere us-ted que se diviertan, to-me un carruaje y al corsocon é —Donde se fastidiarángrandemente.^ —Pues entonces disfrá-cese de yanki y haga de éllos dos yanki-sitos. Salga á visitar á las familias cono-cidas y deles recuerdos. Seguro estoy


La Mujer . —Hombre, á sus niños los puede llevarla señora_ disfrazados de payasos ó de cualquier otra cosa. Si leparece á usted mejor ymás propio por temor deque á la señora no la res-peten ... —Que no la respetaríanyendo Esa es otrade nuestras costumbres. — Que debía desapare-cer.—Como desaparecerá.Pero, volviendo á los ni-ños y ya que quiere us-ted que se diviertan, to-me un carruaje y al corsocon é —Donde se fastidiarángrandemente.^ —Pues entonces disfrá-cese de yanki y haga de éllos dos yanki-sitos. Salga á visitar á las familias cono-cidas y deles recuerdos. Seguro estoy deque se alegrarán de verse de tal mar-erádis-frazados y que aprobaran mi consejo. Na-da compañero, hay que divertirse, y atur-dir, con la algazara de las fiestas carna-valescas, el gran susto que nos dió el asfi-xiante ya que podemos contar el cuento.—Si fuera como en los tiempos antigr—Si fuera como en los tiempos antiguosacaría usted un ojo de menos de resultade un


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