La Mujer . MR. PICHON^riNTSTRO DE FIANCIA iON CHINA EL TEATRO EN TIENT-SIIÍ EL BESO EN SUEÑOS Soñé lina noche que á la luz primeraPcl astro del dolor, junto á una losa,.<-o templal)a el lugar en que reposaJ^ i que alegró mi infancia pasajera. Y de los aires, pálida bajar una sombra misteriosa,Co no la espuma, blanca y vaporosa,Qae detuvo á mi lado su carrera. Acercóse y me vlij con dulce anhelo:Yo estaba absorto y ella sonreía:Besó mi frente y recobró su vuelo. ¡Bienliechora visión! Desde ese día,.Uli esta, digo siempre, viendo el ¿Cuando vuelves li verme, madre míaV Nest


La Mujer . MR. PICHON^riNTSTRO DE FIANCIA iON CHINA EL TEATRO EN TIENT-SIIÍ EL BESO EN SUEÑOS Soñé lina noche que á la luz primeraPcl astro del dolor, junto á una losa,.<-o templal)a el lugar en que reposaJ^ i que alegró mi infancia pasajera. Y de los aires, pálida bajar una sombra misteriosa,Co no la espuma, blanca y vaporosa,Qae detuvo á mi lado su carrera. Acercóse y me vlij con dulce anhelo:Yo estaba absorto y ella sonreía:Besó mi frente y recobró su vuelo. ¡Bienliechora visión! Desde ese día,.Uli esta, digo siempre, viendo el ¿Cuando vuelves li verme, madre míaV Nestoe Rubio Alpuche. ALBUM-EEVISTA «LA MUJER. Advertencia á nuestros lectores La redacción de La Mujer ha cam-biado de personal. El presente númeroestá escrito por los nuevos redactoresy colaboradores. LA PRIMERA FaOTICIA Parecía qxie la ciudad estaba envuelta en un inmensovelo negro, del cual se desprendían gotas lentas queempapaban las calles, las casas y los campos. Dieronlas doce de la noche en el reloj deSan Ignacio, y apenas rodaba lejosel último toque de la campana, sealzaron las pitadas de alerta delos guardianes del orden público. Pepín, semienvuelto en unamanta, tirado sobre un colchóninforme, con las manos en la ca-beza, la cara tiznada de betún ybarro, dormía resoplando fuerte-mente en medio de aquel cuartujode lustra-botas, lleno de vetas oscu-ras, con su espejo de lata, susbotines colgados, sus asientos tem-blorosos y todo ese desbarajustepropio de tales estahlecimiéntos. —Má, lo sonó Pepín soñaba quién sabe qué í cosas de patria, mezcladas con *visiones de cepillos y d


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