La Mujer . dirse llegando esa misma noche al Saltooriental, donde es recibida con vuelos decampana. Al día siguiente un ejército numeroso sepresenta á la vista del enemigo sitiador,quien fue vencido en los can,pos de SanAntonio por el bravo legendario José Ga-n bal di. * * * Veinticinco años después una ancianade hermosura peregrina me contaba la anécdota sublime que acabo de narra-ros. Brillaban en sus rasgados ojos las lágri-mas de una conmoción intima. Se llamaba doña Tránsito Lascano y eraella la venerada heroína de aquella noche,en la que. como nueva Judit, salvó, por sucariño de mujer am
La Mujer . dirse llegando esa misma noche al Saltooriental, donde es recibida con vuelos decampana. Al día siguiente un ejército numeroso sepresenta á la vista del enemigo sitiador,quien fue vencido en los can,pos de SanAntonio por el bravo legendario José Ga-n bal di. * * * Veinticinco años después una ancianade hermosura peregrina me contaba la anécdota sublime que acabo de narra-ros. Brillaban en sus rasgados ojos las lágri-mas de una conmoción intima. Se llamaba doña Tránsito Lascano y eraella la venerada heroína de aquella noche,en la que. como nueva Judit, salvó, por sucariño de mujer amante, al que lla-móse despuís el héroe de ambos mitn-dos. RAFAEL CUENTO MUDO
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