La Mujer . darle la satisfación de publicar eso en La Mujer; pe-ro en cambio me permitiré darle un consejo. Si ustedquiere que la diosa que invoca no se le aleie del tododeje de escribir en Terso ó cuando lo haga mídalos si-qtiiera con un mondadientes. Sr. N. Machuca — Debería usted cambiar la u de suapellido por otra a y llamarse Machaca. ¿No ha com-prendido usted, desgraciado, que el que calla otorga?Pues desde que he callado es señal de que ninguna desus lucubraciones pueden ver la luz en «La Mujer» Va-mos, ¿y ahora dejará usted de machacar? Sr. C. H. D. — Sus versos titulados Limosna de am


La Mujer . darle la satisfación de publicar eso en La Mujer; pe-ro en cambio me permitiré darle un consejo. Si ustedquiere que la diosa que invoca no se le aleie del tododeje de escribir en Terso ó cuando lo haga mídalos si-qtiiera con un mondadientes. Sr. N. Machuca — Debería usted cambiar la u de suapellido por otra a y llamarse Machaca. ¿No ha com-prendido usted, desgraciado, que el que calla otorga?Pues desde que he callado es señal de que ninguna desus lucubraciones pueden ver la luz en «La Mujer» Va-mos, ¿y ahora dejará usted de machacar? Sr. C. H. D. — Sus versos titulados Limosna de amorno están del todo mal; pero encuentro algunos largos yotros cojos, como diría Pellicer. Además, ellos se cir-cunscriben á que su novia halle digna su boca de la su-ya y esas cosas nada le importan al respetable público. Asi es que por esta vez perdone. A la CIUDAD de LONDRES lcanp:r canr^tona $ buenos aires Las mejores Sis Serpentinas son las deAlaCiudad de Londres. h


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