La literatura española; resumen de historia crítica . on-se todos los negocios,los vecinos pusieronpaños negros en lasfachadas de las casas;puede decirse que na-die, alto ni chico, sequedó en la suya, y lamuchedumbre que si-guió al féretro, o for-mada en alas vio pa-sar el cortejo, excedióa toda ponderació funerales duraronnueve días. Y a medi-da que la noticia delfallecimiento iba lle-gando a Francia, a Ita-lia, a todas las nacio-nes de Europa, reso-naban en todas parteslos más estupendoselogios, porque la fa-ma de Lope era uni-versal, y hasta en elserrallo de Constanti-nopla se habían r
La literatura española; resumen de historia crítica . on-se todos los negocios,los vecinos pusieronpaños negros en lasfachadas de las casas;puede decirse que na-die, alto ni chico, sequedó en la suya, y lamuchedumbre que si-guió al féretro, o for-mada en alas vio pa-sar el cortejo, excedióa toda ponderació funerales duraronnueve días. Y a medi-da que la noticia delfallecimiento iba lle-gando a Francia, a Ita-lia, a todas las nacio-nes de Europa, reso-naban en todas parteslos más estupendoselogios, porque la fa-ma de Lope era uni-versal, y hasta en elserrallo de Constanti-nopla se habían repre-sentado sus italiano Pablo Fran-chi, por ejemplo, po-nía en labios de Apolo este singular edicto, recibido con aplauso por todoslos poetas: Que cuantos de aquí en adelante tengan la intención de escribircomedias, presten juramento de imitar siempre el estudio y de observar lospreceptos del grande, del ilustre, del incomparable Lope de Vega ... Nin-guna obra será admitida en el teatro si su autor no ha recibido con ante-. (Fot. Nuevo Mundo.)MADRID.— Monumento a Lope de Vega. 344 XV. LOPE DE VEGA Y TIRSO DE MOLINA lación el titulo de docto en Lope. Con razón dice Ernesto Merimée: Si unitaliano hablaba así, ¿qué dirian los españoles? 125. Carácter moral y literario de Lope de Vega. — La vida de Lope de Vega no puede ser en el orden moral más heterogéneay contradictoria. Parece, no una vida, sino muchas juntas en una. Su fervorreligioso era tal, que se administraba disciplinas, salpicando de sangre lasparedes de su cuarto; y cuando celebraba el santo sacrificio temblabacomo un azogado al elevar la Hostia y al comulgar. De su piedad ternísi-ma dan cumplido testimonio las poesías que compuso al Niño Jesús, a laVirgen y a los santos, tan sencillas, tan espontáneas, tan salidas de sualma, y en que no le superó ningún asceta ni místico de su tiempo, y esoque fué el tiempo de los más insignes místicos y ascetas; ni la mística más
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