América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . coger en él el líquido que sueltan las carnes en descom-posición; y, cosa horrible pero atestiguada por los negros bonis, los futuros piays, es decir,los estudiantes de medicina, han de probar su fuerza de voluntad y energía de carácter be-biendo una maceracion de hojas de tabaco y de una planta llamada quinquina, á la cual seagregan unas cuantas gotas de este virus cadavérico. EXPLORACIÓN DEI. OYAPOCK Y DEL PARÚ 125 Mis gentes recogen en el bosque frutos de caobo y papays que una bandada de monos


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . coger en él el líquido que sueltan las carnes en descom-posición; y, cosa horrible pero atestiguada por los negros bonis, los futuros piays, es decir,los estudiantes de medicina, han de probar su fuerza de voluntad y energía de carácter be-biendo una maceracion de hojas de tabaco y de una planta llamada quinquina, á la cual seagregan unas cuantas gotas de este virus cadavérico. EXPLORACIÓN DEI. OYAPOCK Y DEL PARÚ 125 Mis gentes recogen en el bosque frutos de caobo y papays que una bandada de monos sedisponía á devorar, y también encuentran un racimo de plátanos que los oyampys llaman bacoy en Cayena bacovas. Muchas de las palabras usadas no tan sólo en las diferentes lenguas de la América delSur, sino también en las europeas, tienen su origen en el idioma de los salvajes de la Gua-yana y del Brasil. Un poco más adelante llegamos á una cascada llamada Yacarecin. El yacaré de los oyam-pys no es otra cosa sino el cocodrilo de América, llamado caimán por otros Chozas oyampys abandonadas A las cuatro penetramos en un largo canal sin rocas que se dirige al sudoeste, en el cualla corriente es casi imperceptible, y no tardamos en llegar á la desembocadura del Muchiri,en donde pernoctamos. El 30 hago un pequeño reconocimiento en este rio, tomo una alturade sol en su desembocadura, y continuamos la marcha. A las nueve llegamos á una pequeña colina situada en la orilla izquierda: los jesuítas esta-blecieron en ella, en el siglo pasado, la misión de San Pablo; pero ya no se ven rastros decultivo ni vestigios de edificio alguno. Una cruz de madera carcomida es lo único que restapara atestiguar el paso de la civilización. Observo un gran número de excavaciones longitudinales y paralelas: son el antiguo ce-menterio que, según dice mi guía, fué saqueado por unos indios venidos de las fuentes del 126 AMÉRICA PINTORESCA Camopi: aquellos miserab


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