. Fabulas. se moja;Tocando el fuego, se quema. A esas luces llegue un niño,Queriendo jugar con ellas:Las manos le abrasará duelo de su inocencia. Las dos velas de la imagen,Hartas de plática necia,Quemadas le respondieron,Corriéndose de vergüenza: —Si pudiéramos hablarOtras veces como ésta,Nuestra voz al niño incautoBenévolo aviso diera. Primero que hacer llorarAl inocente que yerra,Nos muriéramos nosotrasAl ver su manita cerca. Juega un niño, y á un mastínLe pellizca y le repela,Y el perro aguanta su dañ ser un niño el que juega. De la roca te apoyabasEn la impasible dureza:La roca
. Fabulas. se moja;Tocando el fuego, se quema. A esas luces llegue un niño,Queriendo jugar con ellas:Las manos le abrasará duelo de su inocencia. Las dos velas de la imagen,Hartas de plática necia,Quemadas le respondieron,Corriéndose de vergüenza: —Si pudiéramos hablarOtras veces como ésta,Nuestra voz al niño incautoBenévolo aviso diera. Primero que hacer llorarAl inocente que yerra,Nos muriéramos nosotrasAl ver su manita cerca. Juega un niño, y á un mastínLe pellizca y le repela,Y el perro aguanta su dañ ser un niño el que juega. De la roca te apoyabasEn la impasible dureza:La roca de alma carece;No tú de roca la tengas. OBRAS DE HARTZENBÜSCH Vendrá tiempo en que ejercidaCon incansable paciencia,Ni un ay al niño le cuesteLa enseñanza de las letras. Día vendrá en que por cuentaSe den tus locas ideas, Y otros discípulos rían De lo que los tuyos tiempo es ya llegado^ Y esta fábula encomiendaQue á los maestros de ahoraSe les respete y se LOS CUCLILLOS. Es el cuclillo pájaroTravieso y holgazán, Y es desalmado y pérfidoSu modo de criar. Él y su digna cónyuge,En la estación vernal,Buscando por los árbolesNidos ajenos van. En viendo la hembra picaraUno con huevos ya,Siéntase y echa al prójimoUn huevecito más. Por donde vino tórnaseDespués el cuco par, Y el invadido tálamoQuédase un mes en paz. La otra pareja Cándida,Modelo de bondad, 3IO OBRAS DE HARTZENBUSCH Sus hijos y el expósitoCría con celo igual. A los picuelos tímidosLleva su tierno afánCebo copioso, haciéndolesHambre y amor piar. El ingerido huérfano,Que ignora su , y su instinto próvidoIncítale á volar. Con arrogancia impúdicaSu padre naturalEntonces viene y grítale:— ¡Eh, señorito, acá! De allí con vuelo rápidoHuye sin vacilar:Pupilo es ingratísimoQuien tuvo padre tal. Junto á su cuna plácidaVolando pasará,Y no dirá volviéndose:—¡Padres, á Dios quedad! Maestros, nobles mártiresDe un cargo patern
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