España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . que se forman de otras comode olivo, con tendencia á juntarse por sus extremos en las in-mediatas,» no fal-tando «algún capi-tel de dos órdenesde hojas,» en quedesaparezca «todaseparación marca-da entre ellas enla parte inferior,»y resulte «el tam-bor cubierto deuna malla de exá-gonos y romboscasi geométricos,»ni en que la deco-ración se hallecompuesta de cír-culos, hojas y vo-lutas,» ni en quedecorados «de ho-jas , loscaulículos tomengran desarrollo»acabando en bolas, «en sustitución de las volutas de todoslos otros,» y te


España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . que se forman de otras comode olivo, con tendencia á juntarse por sus extremos en las in-mediatas,» no fal-tando «algún capi-tel de dos órdenesde hojas,» en quedesaparezca «todaseparación marca-da entre ellas enla parte inferior,»y resulte «el tam-bor cubierto deuna malla de exá-gonos y romboscasi geométricos,»ni en que la deco-ración se hallecompuesta de cír-culos, hojas y vo-lutas,» ni en quedecorados «de ho-jas , loscaulículos tomengran desarrollo»acabando en bolas, «en sustitución de las volutas de todoslos otros,» y tengan «una flor cuadrifolia en la unión de losdos brazos», advirtiéndose entre los caulículos, «ya una deco-ración de flores de seis hojas, ya de círculos intersecados» yaun la singularidad de que el abaco sea alguna vez almenado,cuando es en la generalidad cóncavo «con florón, característicodel orden corintio,» apareciendo por último «sobre el otro doble, reducción del entablamento clásico.» Bien. LEBENA.—Detalles de un pilar en la iglesia PARROQUIAL DE SaNTA MaRÍA 77^ SANTANDER que amparándose de las formas clásicas en lo común, échase dever desde luego, por la naturaleza de los exornos que avaloranlos capiteles, por su disposición y por su acento, no menos quepor su ejecución, que en ellos predominan las influencias orien-tales por manifiesto modo, ofieciendo en consecuencia grandesanalogías con los que conocidamente fueron fruto de la culturaconseguida en España, durante la edad visigoda, y siendo portanto monumentos de muy subido precio, para quilatar aquellaotra lograda en los primeros tiempos de la reconquista por losespañoles. «Los arcos de herradura arrancan en el extremo de estedoble abaco que [en los capiteles] les sirve de imposta, aprove-chando toda su salida,» al paso que «los peraltados vienen ábuscar el aplomo de las columnas á la manera romana, no apro-vechando la salida del abaco.»


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