España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . tenta y cinco años^padre de Eilo (Luisa).»—«Varias cosas,—prosigue,—llaman la atención en esta kipida.» «Primero se notaque al lapidario se le olvidó escribir en su sitio la primera sílaba de Patrem, y sa-lió del apuro poniéndola al final de la inscripción con su guioncito.» «En segundolugar <: quién era Elio Albino, que hace toda su apología con titularse Padre de Eiloó Luisa? ¿Y quién fue esta Luisa?» (Op. cit. pág. 39). Para nosotros, ni existe elolvido del lapidario respecto de Patrem^ pues en el hacinamiento de letras de laqui


España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . tenta y cinco años^padre de Eilo (Luisa).»—«Varias cosas,—prosigue,—llaman la atención en esta kipida.» «Primero se notaque al lapidario se le olvidó escribir en su sitio la primera sílaba de Patrem, y sa-lió del apuro poniéndola al final de la inscripción con su guioncito.» «En segundolugar <: quién era Elio Albino, que hace toda su apología con titularse Padre de Eiloó Luisa? ¿Y quién fue esta Luisa?» (Op. cit. pág. 39). Para nosotros, ni existe elolvido del lapidario respecto de Patrem^ pues en el hacinamiento de letras de laquinta línea no dice TREM, ni hay tal ElL^E ó Luisa en el sexto, ni hemos visto elguioncito de Pa-, el cual sobre ser impropio y no usado en los epígrafes latinos,acusaría de falso este de Lebeña. Si el estado de la piedra lo consintiese, y fueradable examinarla desprendida del muro de la Ermita, la cual sirve de escuela alpropio tiempo, no sería difícil acertar por completo con la leyenda, aun supuestosu estado CAPITULO XXII D3 Lebeña á Potes. — El Monte Vindio.—Hojedc —Su iglesia de San Sebastián.—Potes. — Sus recuerdos históricos. — Susmonumentos. — Piasca.—Restos del Mo-nasterio dúplice benedictino de Santa Ma-ría.—La iglesia. — Santo Toribio de Lié-bana. D ESDE que en Lebeña la carrete-ra cruza sobre sólido puenteel caudaloso Deva,—el panorama,sin cambiar sustancialmente de na-turaleza, adquiere distinta fisonomía sin embargo, abriéndoseá poco el terreno, y presentando con frecuencia valles y tie-rras cultivadas, y en las quiebras y en las pequeñas escalo-nadas alturas, que acompañan el camino, mesetas y banca-les de viñedo, mieses lozanas, diversas especies arbóreas, ysiempre, y de todos lados, como obligado fondo del paisaje,las cumbres altísimas de las montañas, recortando sus peladascrestas caprichosamente sobre el cielo, azul y límpido, cual en 790 SANTANDER ninguna otra parte de l


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