. España sagrada. Theatro geographico-historico de la iglesia de España. Origen, divisiones, y terminos de todas sus provincias. Antiguedad, traslaciones, y estado antiguo y presente de sus sillas, en todos los dominios de España, y Portugal. Con varias dissertaciones criticas, para ilustrar la historia eclesiastica de España. el partido de su hijo , le des-terró á Valencia, privándoledel Reyno. Havia pues esta-do reconocido por Rey , has-ta su prisión en Córdoba 5 InJCordubensi Urbe comprehen--dit, é? Regno privatum inexilium Valentiam mittit. Dealli adelante empezó á decla-rarse heredero del
. España sagrada. Theatro geographico-historico de la iglesia de España. Origen, divisiones, y terminos de todas sus provincias. Antiguedad, traslaciones, y estado antiguo y presente de sus sillas, en todos los dominios de España, y Portugal. Con varias dissertaciones criticas, para ilustrar la historia eclesiastica de España. el partido de su hijo , le des-terró á Valencia, privándoledel Reyno. Havia pues esta-do reconocido por Rey , has-ta su prisión en Córdoba 5 InJCordubensi Urbe comprehen--dit, é? Regno privatum inexilium Valentiam mittit. Dealli adelante empezó á decla-rarse heredero del Reyuo ce- Trat. 33. Cap. , pues por no apostatarde la Religión Cath(jjica , es-cogió el destierro y privacióndel Reyno temporal, s6 Convertidos poco des-pués los Godos, prosiguióCórdoba en el Dominio paci-fico de aquellos Principes yaCarbólicos, hasta que cayócomo otras en la tyrana do-minación de los Mahometa-nos. Estos la elevaron sobretodas á su Solio , haciéndolaopulenta en riquezas , afluen-te en delicias , cabeza de lasletras , y mas feliz por el odiocon que persiguieron su Fe,que por el amor con que en*noblecieron la Ciudad: pueseste la engrandeció en bienestemporales j aquel en espiri-tuales : haciéndola theatro detantas Palmas y Coronas, como referiremos al hablar disus Ch De los Obispos de Có V., í^3 BE LOS OBISPOS DE^CORDOBA. DE SEVERO NO HAT texto cierto^ ni de quefue^e Metropolitana esta Iglesia. V. I C^Obrc ¡a antigüedadj^ del Evangelio enCorboba no tenemos del primero y segun-do Siglo: pero sabiendo quegozaba de Silla Pontificia enel Siglo tercero, no ocurredificultad en reconocer suPhristiandad desde el Sigloprimero , por estarlo pidien-do asi la excelencia de talCiudad, con cercanía á la deSan Eufrasio : y asi comopor la predicación de esteApostólico digimos haverseintroducido la Fe en la vecinaCastulo; por el mismo prin-cipio se puede decir propaga-da á Córdoba: pues á la so*il
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