América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . el recolector. Hoy se conoce la aplicación industrial de este producto, con el cual se hacen millones debotones; pero lo que no se sabe tanto es la facilidad con que se le raspa, trasformándole enuna especie de masilla que, tomando la forma de los moldes en que se la prensa, se prestaá reproducir objetos de arte con toda perfección y solidez. El marfil vegetal está llamado áreemplazar algún dia al yeso en nuestros talleres de escultura, y á proporcionarnos objetosque, juntamente con la discreta tr


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . el recolector. Hoy se conoce la aplicación industrial de este producto, con el cual se hacen millones debotones; pero lo que no se sabe tanto es la facilidad con que se le raspa, trasformándole enuna especie de masilla que, tomando la forma de los moldes en que se la prensa, se prestaá reproducir objetos de arte con toda perfección y solidez. El marfil vegetal está llamado áreemplazar algún dia al yeso en nuestros talleres de escultura, y á proporcionarnos objetosque, juntamente con la discreta trasparencia, la brillantez y el color necesarios, reúnan mayorsolidez que la de los moldes hechos con carbonato de cal y la baratura que facilite la difusiónde lo bello en los países en que se aprecia el arte. •. Pero esta victoria no podrá alcanzarse hasta que desaparezca de la región productora esecazador indígena que parece haber adoptado como regla de conducta este axioma: isA blancotiene un objeto que me gusta, pues le mato.» FIN DEL VIAJE Á LA V Al AMAZONAS. Vista de Surinam — De fotografía IDE c^^^^Eiisr^^ ^^ LOS .^^isrxDEs, POR EL DOCTOR JULIO CRÉVAUX Primera parte. — Exploración del Oyapock y del Paró Cayena.—Surinam.—Una ciudad debajo del agua.—El pié de elefante.—Gimnoto eléctrico.—Regreso al Maroni. — Apatú. — Dudas sobrela famosa linterna del fulgor.—A la luz de la luna.—Grabados y cacharros antiguos. — Hombres tomados por ranas.—Salida para elOyapocU. El 7 de julio de 1878 me embarqué en San Nazario á bordo de un vapor de la Compañíatrasatlántica y el 28 del mismo mes pisé por cuarta vez el suelo de la Guayana francesa. Delos tres servidores que me hablan acompañado en otra excursión, sólo encontré á mi criaditoindio Sababodi: el valiente negro Apatú y el medroso José no se encontraban en la ciudad. Ante la imposibilidad de reclutar un solo hombre en Cayena, partí el 3 de agosto paraSurin


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