. Fabulas. 362 OBRAS DE HARTZENBUSCH Que he vinío á robar; pero ¡zapato! No es mucho que yo robe: Salgo del hespital y soy un probé; Y siendo rico usté como un tetrarca, Y tiniendo un magín de más de marca^Sigún se ruge afuera, De libros roba como yo del doble cazador, agrio el aspecto,Exclamó:—¡Qué ladrón tan incorrecto!Sin sacudirte el bulto,Si me hablaras mejor, te despidiera;Mas con tiniendo y probé, no hay , lo que robo, lo guarnezco y pinto,Lo aparejo siquiera; Tú robas, y hablas mal: es muy distinto,Ergo, secundum legem de Mallorca í^),Peregilis colgabihir in horca (2)


. Fabulas. 362 OBRAS DE HARTZENBUSCH Que he vinío á robar; pero ¡zapato! No es mucho que yo robe: Salgo del hespital y soy un probé; Y siendo rico usté como un tetrarca, Y tiniendo un magín de más de marca^Sigún se ruge afuera, De libros roba como yo del doble cazador, agrio el aspecto,Exclamó:—¡Qué ladrón tan incorrecto!Sin sacudirte el bulto,Si me hablaras mejor, te despidiera;Mas con tiniendo y probé, no hay , lo que robo, lo guarnezco y pinto,Lo aparejo siquiera; Tú robas, y hablas mal: es muy distinto,Ergo, secundum legem de Mallorca í^),Peregilis colgabihir in horca (2), Coge del manuscrito y del impresoLo que te plazca más, pobre Jacinto,Que mejores que tú practican eso;Pero engástalo bien y pon de casa:De otra suerte, no pasa. (1) y Versos de la vulgar comedia de D. JoséJulián de Castro, titulada Más vale tarde que nunca». EL LORO. un lorito en el PerúUn hombre enseñó de allíA decir:—¿Quién eres tú? Y á decir:—Vete de aquí.Descuidóse el peruano, Y el loro se le escapó, Y en el monte más cercanoEn una caverna entró. A la caverna despuésLlegó por casualidadUn sencillote alavés,Dirigido á la ciudad. Fuera de camino y senda,Ya con el alma en un hilo,De una borrasca tremendaSe libró en aquel asilo. Era esto al anochecer:Sacó el hombre salchichón,Cenó con gana y placer, OBRAS DE HARTZENBUSCH Y durmióse en un rincó pronto se puso alerta: Voz que turba sus placeres,Bronca y rara, le despierta,Diciéndole:—Tú, ¿quién eres? —Soy (respondió el refugiado)Lucas Igarrigorría;De España vengo llamadoPara vender lencería. Yo imaginaba ser éstaInhabitada mansión.—Vete de aquí (le contestaMalamente el preguntón). —Saldré al asomar el día(Repuso humilde el pobrete).Pero la voz repetía:—Vete de aquí; vete, vete. —Este es, sin duda, un salvaje, Y como por mal lo tome


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