La Mujer . L A • M E S A D 1<: HONOR ¡ comensales! Qae si hubiesen comido sales nada más, menos mal. Pero eran ómagos con las bocas abiertas, y fauces que humedecer cumplida y líquidamente. La estadística se calla muy buenas cosas. Hasta la fecha no sabemos las vacas sacrifica-das, los carneros ultimados, las aves muertas, los peces ase-sinados, que habrán pasado porlas ollas, sartenes y cacerolas antes de ser servidas á los 22.(.00 servidores municipales. Supongamos por un momento que cada alcalde se haya comido quince centímetros desalchicha; cantidad exigua para cua
La Mujer . L A • M E S A D 1<: HONOR ¡ comensales! Qae si hubiesen comido sales nada más, menos mal. Pero eran ómagos con las bocas abiertas, y fauces que humedecer cumplida y líquidamente. La estadística se calla muy buenas cosas. Hasta la fecha no sabemos las vacas sacrifica-das, los carneros ultimados, las aves muertas, los peces ase-sinados, que habrán pasado porlas ollas, sartenes y cacerolas antes de ser servidas á los 22.(.00 servidores municipales. Supongamos por un momento que cada alcalde se haya comido quince centímetros desalchicha; cantidad exigua para cualquier estómago fuerte: pues bien, entre todos los comen-sales se habrán tragado tres kilómetros y 300 metros justos de ese sabroso embutido. Pero no hagamos mas estadística, por que si continuamos y topamos con los líquidos,nos van á resultar cifras superiores á las del diluvio. Lo cierto es que, este banquete se lleva el record de todos los celebrados hasta la fecha,el de Baltasar inclusi
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