La Mujer . iudad del egregio viajero. Esto no obstante, los muelles de los diquesy dársenas estuvieron llenos de gente, queávida de curiosidad, soportaba la lluvia conpaciencia y heroísmo. El siguiente día, amaneció espléndido; ra-diante de ambiente apacible y de brillante palomas mensajeras que sucesivamente sesoltaban de los vaporcitos que en la rada ex-terior se posesionaron para observar el avan-ce de la Escuadra brasileña, nos traían perió-dicamente noticias de sus movimientos, per-mitiendo calcular la hora fija de su llegada aldique n.° 4. Llegó la hora ansiada por fin, y el «Ria
La Mujer . iudad del egregio viajero. Esto no obstante, los muelles de los diquesy dársenas estuvieron llenos de gente, queávida de curiosidad, soportaba la lluvia conpaciencia y heroísmo. El siguiente día, amaneció espléndido; ra-diante de ambiente apacible y de brillante palomas mensajeras que sucesivamente sesoltaban de los vaporcitos que en la rada ex-terior se posesionaron para observar el avan-ce de la Escuadra brasileña, nos traían perió-dicamente noticias de sus movimientos, per-mitiendo calcular la hora fija de su llegada aldique n.° 4. Llegó la hora ansiada por fin, y el «Ria-chuelo», capitana de la Escuadra, entró llenade magestad hasta situarse en el fondeaderopreviamente designado. Sobre el puente se hallaba el Dr. CamposSalles, contestando con saludos expresivos lasentusiastas demostraciones del inmenso gentíoque lo llenaba todo; muelles, buques, azoteas,rejas y tejados. Pero si grande fué el entusiasmo del públicoen el momento de divisar al ilustre viajero. ACTO DE DESEMBARCAREL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL abordo de la nave brasileña, fué mucho másgrande en el momento de desembaicar. liOs vivas y las aclamaciones se repetían in-cesantemente pues no había terminado aún el 8 LA ]\IUJEK\ Album de las Familus
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