. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Natural history. 37S boletín de la real sociedad española Otra observación que nos lleva á reconocer el origen glaciar del lago es la situación de las zonas de máxima profundidad que deben corresponder á dos centros de máxima presión de los hie- los. No debemos olvidar lo dicho de que la forma general del valle es como la de todos los valles glaciares de origen preglaciar, mo-. Fig. 3 *—D, dirección de los brazos glaciares; I, isla: M, morrena. dificada después bajo la acción glaciar; insisto acerca de esie punto para hacer notar que los d


. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Natural history. 37S boletín de la real sociedad española Otra observación que nos lleva á reconocer el origen glaciar del lago es la situación de las zonas de máxima profundidad que deben corresponder á dos centros de máxima presión de los hie- los. No debemos olvidar lo dicho de que la forma general del valle es como la de todos los valles glaciares de origen preglaciar, mo-. Fig. 3 *—D, dirección de los brazos glaciares; I, isla: M, morrena. dificada después bajo la acción glaciar; insisto acerca de esie punto para hacer notar que los dos ensanchamientos, oriental y occidental, y el estrechamiento central que presenta nuestro lago, existían en el valle preglaciar. El establecimiento del glaciar, tra- bajando en la forma descrita, cambió su fondo y su profundidad, dando lugar á las rupturas de nivel de que ya hablamos, caracte- res de un valle de formación glaciar. «Hess nos hace ver cómo representando en proyección sobre un plano horizontal el camino descrito por varios puntos de refe- rencia, colocados en perfiles sucesivos, en un glaciar se obtienen líneas primero convergentes, en el momento en que el glaciar penetra en un lecho estrecho, y luego se hacen paralelas al eje de máxima velocidad, divergiendo en los bordes hacia las orillas, corlándolas según ángulos muy agudos». De aquí que podamos explicar cómo cuando de un lecho es- trecho pasa el glaciar á una parte suficientemente ancha, extiende su masa en forma de un abanico, presentando en este punto de ensanchamiento un centro de máximas presiones—eje del aba-. Please note that these images are extracted from scanned page images that may have been digitally enhanced for readability - coloration and appearance of these illustrations may not perfectly resemble the original Sociedad Española de Historia Natural. Madrid : [Museo Nacional de Ciencias Naturales]


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