España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . ado, el nuevo Depósito de aguasal la ciudad,y enfrente de este moderno edificio, que la honra,—con su blaso-nado escudo y su cilindrica desmochada torre á la derecha, apa-rece encajonado por aspillerados tapiales el Palacio de Villatorre^el solar de aquellos magnates á cuya piedad en la XVII.^ centu-ria, es debida la creación de una de las capillas de la Catedral;pero como, lector, después de recorrer la ciudad en todos estossentidos, estarás fatigado, demos punto por hoy á nuestra tarea,pues la noche se viene encima, y comienzan ya á
España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . ado, el nuevo Depósito de aguasal la ciudad,y enfrente de este moderno edificio, que la honra,—con su blaso-nado escudo y su cilindrica desmochada torre á la derecha, apa-rece encajonado por aspillerados tapiales el Palacio de Villatorre^el solar de aquellos magnates á cuya piedad en la XVII.^ centu-ria, es debida la creación de una de las capillas de la Catedral;pero como, lector, después de recorrer la ciudad en todos estossentidos, estarás fatigado, demos punto por hoy á nuestra tarea,pues la noche se viene encima, y comienzan ya á descender cualbruma pesada sobre el horizonte las sombras que todo lo borran (i) Vcasc los artículos publicados por Assas en el t. de 1857 del Sem. acerca de este Monasterio, por más que nada diga de su fábrica, ni intente suestudio. 400 SANTANDER y lo envuelven, semejantes en esto al tiempo que todo lo des-truye ó altera, como desde sus humildes principios ha alterado lafisonomía de la antigua puebla de San Emeterio, haciendo de. SANTANDER.—Portada y vista general del palacio de Villatorre ella población mercantil, importante, de vida propia, donde alagudo silbar de la locomotora, al estridente grito de los vaporesque surcan la bahía, al rumor de colmena de sus muelles, semezcla el himno que levantan sus fábricas al santificar por mediodel trabajo las conquistas de nuestros tiempos. SANTANDER 4OI Si quieres, sin embargo, y antes de recogerte, apreciar « entoda su magnificencia» el espectáculo con que en las noches deotoño convida la bahía de Santander, ven con nosotros, puesPereda guía, para «colocarnos sobre aquel negro promontoriode enfrente» de la Plaza de Velarde^ «que es el famoso Paredóndel Mttelle de las Naos»^ donde dejaremos la palabra al insigneescritor que nos acompaña complaciente: « Ya estamos en elverdadero punto de vista.» «Tiende la tuya en derredor, y dimesi has admirado muchos cuadros más bellos que éste.» «
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