La Mujer . -{0)ifs¡ nome entendía ]iala1)ra, tuve que recurrir al chtclurune. quedespués de preguntas y respuestas me dijo que en Parishabia una Sociedad de seguros contra los maridos; mejordicho, una sociedad que tenia por misión robarse las mu-jeres casadas con maridos extranjeros. Me i)use inconsolable, como jiuedes imaginarte, y lleguéhasta ofrecerle cinco mil francos al chichn-oiie si dabacon la pista de mi mujer. Como debes comprender, lo aceptó y pocos momentosdespués se me presentó diciéndome: —Estoy en ella. —¿En olla? —En la pista. Un inglés ha sido el ladrón. Esta mis-ma mañana ha m
La Mujer . -{0)ifs¡ nome entendía ]iala1)ra, tuve que recurrir al chtclurune. quedespués de preguntas y respuestas me dijo que en Parishabia una Sociedad de seguros contra los maridos; mejordicho, una sociedad que tenia por misión robarse las mu-jeres casadas con maridos extranjeros. Me i)use inconsolable, como jiuedes imaginarte, y lleguéhasta ofrecerle cinco mil francos al chichn-oiie si dabacon la pista de mi mujer. Como debes comprender, lo aceptó y pocos momentosdespués se me presentó diciéndome: —Estoy en ella. —¿En olla? —En la pista. Un inglés ha sido el ladrón. Esta mis-ma mañana ha marchado con su esposa en tren misteriosoá. —¿A Madrid? Pues á IMadridjme inmedia-tamente. Pero tuvimos que esperar al día siguiente porque eltren de ese día ya habia salido. Al día siguiente nos pusimos en marcha;—en el trayectono hubo nada de particular sino algunos descarrilamien-tos, lo que suele ser muy frecuente. —En todas partes se cuecen habas. —Dos dias de retraso; pero llegamos al fin. Mí chiche-roñe, que era un muchacho muy listo, como ya te lo hedicho y á quién yo ya le habia entregado los cinco milfrancos ofrecidos, se puso tras la pista. Recorrimos calles,establecimientos públicos, hoteles, hasta que nos pregun-taron en uno de ellos: —Es una señora que tiene un lunar en el carrillo dere-cho, salva sea la parte? —Justo,—repliqué yo suspirando.—Ya sabes que tu tiatiene un —/? Arante! —Después de agregarme otras señas inconfundibles ycon la certeza de que era tu tia: —Ayer mismo tomó el ferro-carril para Cádiz,— meañadieron. —¿En compañía de un inglé
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