La captura de Sorocaima . ocaima comprendiólo que tenía que hacer y con actitud de fingidasumisión respondió: —Haré lo que tú mandas. Soy tu prisioneroy oponerme a ello sería una temeridad de miparte. Y llevándose las manos a la boca gritó: —!Conopoima, Conopoima! ¡Acércate a mí! ¡EsSorocaima quien te llama! ¡Quiero hablarte! Garci-González sonrió lleno de satisfacció jugada parecía tener éxito. Conopoima habíareconocido a Sorocaima y descendía de la colinaaproximándose rápidamente a ellos. —¡Todos a pie! —ordenó Garci-González a sussoldados—. ¡Las armas en tierra en señal deamistad! El gr


La captura de Sorocaima . ocaima comprendiólo que tenía que hacer y con actitud de fingidasumisión respondió: —Haré lo que tú mandas. Soy tu prisioneroy oponerme a ello sería una temeridad de miparte. Y llevándose las manos a la boca gritó: —!Conopoima, Conopoima! ¡Acércate a mí! ¡EsSorocaima quien te llama! ¡Quiero hablarte! Garci-González sonrió lleno de satisfacció jugada parecía tener éxito. Conopoima habíareconocido a Sorocaima y descendía de la colinaaproximándose rápidamente a ellos. —¡Todos a pie! —ordenó Garci-González a sussoldados—. ¡Las armas en tierra en señal deamistad! El grupo de indígenas estaba ya muy próximoa ellos cuando Sorocaima adelantándose unospasos levantó una mano y le dijo a Conopoimaque venía al frente: —¡Detente Conopoima! ¡No des un paso más!¡Oye bien lo que voy a decirte: —Estos malditos blancos me han traído hastaaquí para que te ordene a que depongas las armasy te rindas. Pero eso no lo hará nunca Sorocaima. — 164 —. Dile a tu pueblo que luche hasta derramar laúltima gota de sangre. ¡Firme, valiente amigo!¡No des un paso atrás! ¡La victoria es de nosotros! Garci-González enrojeció de ira. No esperabaque Sorocaima lo engañara de ese modo, y en elcolmo de la furia le gritó: —¡Maldito salvaje!, esta vez la has de pagarcaro. Si quieres la guerra la tendrás y no quedarávivo ninguno de ustedes. Y dirigiéndose a uno de sus soldados ordenó: —¡Cortádle una mano para que todos veande lo que es capaz Garci-González! —¡Infame, cobarde! —exclamó Sorocaima.—Eso y mucho más esperaba de tu crueldad.¿Crees que con amenazas o torturas vas a do-blegar mi espíritu? ¡Cuán equivocado estás! ¡Yome sacrifico gozoso por mi pueblo! ¡Toma mismanos si las quieres, que de nada me sirven sino puedo con ellas estrangularte ahora mismo! Garci-González quedó desconcertado y per-plejo ante la resuelta y valerosa actitud de Soro-caima y después de algunos momentos de


Size: 1316px × 1898px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bo, bookcentury1900, bookdecade1900, bookidlacapturadesoroc00anto