La Mujer . te entonación. El de la Sta. Mercedes Pujato Crespo, pre-sidenta de la sociedad Pr/D-Patria, cautivó laatención de los circunstantes, mereciendo re-petidos aplausos por la nota patriótica quemantuvo en todo él con una vibración cre-ciente; lleno de imágenes bellísimas y dichocon una corrección envidiable, dejó grabadoun eco simpático en los corazones de las da-mas y en el de los hombres también. Al terminar su discurso la Sta. Pujato Cres-po, el Presidente la felicitó estrechándola lamano, en medio de un torrente de aplausos. Y tocóle el turno al Presidente de la Repú-blica, pronunc


La Mujer . te entonación. El de la Sta. Mercedes Pujato Crespo, pre-sidenta de la sociedad Pr/D-Patria, cautivó laatención de los circunstantes, mereciendo re-petidos aplausos por la nota patriótica quemantuvo en todo él con una vibración cre-ciente; lleno de imágenes bellísimas y dichocon una corrección envidiable, dejó grabadoun eco simpático en los corazones de las da-mas y en el de los hombres también. Al terminar su discurso la Sta. Pujato Cres-po, el Presidente la felicitó estrechándola lamano, en medio de un torrente de aplausos. Y tocóle el turno al Presidente de la Repú-blica, pronunciando un discurso, muy bueno,según aseguran los que lo escucharon, pues eleco de su voz no abarcaba á todas partes: estono obstante se alcanzaba lo que estaba dicien-do, y se veía por los ademanes, con que ma-tizaba su oración que decía cosas muy buenas. Poco después se retiraba el Presidente, actoque ofreció al numeroso público que ocupabalos muelles y barcos un espectáculo maravi-. PARTIDA DEL PRESIDENTE DK LA REPÚBLICA lioso; á la voz de mando, la marinería trepóá las arbolad\u-as, i>oblnndo las vergas, las co-fas y las sutiles escalerillas de cuerda en unabrir y cerrar de ojos, tal fué la rapidez conque se efectuó la maniobra. La señorita Pujato Crespo fué la designadapara distribuir las medallas, viéndose en apu-los. pnes el número de éstas era reducidísimo,lo que ^i^^*^^ ^^^^^ lástima. Ea coucurroncia olicial y la particular tam-bién, fueron obse(juiadas á bordo de los buquesde tíuorra con espléndidos lunchs. Y^por último se improvisó un baile que du-ró hasta li^^ reglamentaria de nniar^ elpabellón. 11 HISTORIA DE UNA MADUK (CUENTO DE ANDERSEN TRADUCCIÓN i-m: DIRECTA DEL ALEMÁN) Una madre estaba sentada á la cabecera de su niñoenfermo. Sin esperanza en su curación, temblaba de quese le muriese. Bl niño estaba pálido con ios ojitos cerrados, y res-piraba con tanto trabajo, que sus suspiros parecíangemidos. La madre


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