. Fabulas. más yugo. 460 OBRAS DE HARTZENBüSCH No más palos y afanes;Apropiémonos hoy los verdes panesDel hombre usurpador, nuestro verdugo. Y así fué, porque abriendo El labrador la puerta del establo,Su ya ilustrado par fuésele huyendoCual de la cruz el diablo; Y escogido recóndito paraje,Ambas muías se hartaron de forraje,Diciéndose tendidas en el haza: —Ya el amo no nos ó la noche, vínoles el sueñéronse en el trigo sin cuidado,Como si en casa las tuviera el dueño; Y habiéndolas de lejos acechado Media docena ó más de hambrientos lobos,Despertaron las muías imprudentesA mord


. Fabulas. más yugo. 460 OBRAS DE HARTZENBüSCH No más palos y afanes;Apropiémonos hoy los verdes panesDel hombre usurpador, nuestro verdugo. Y así fué, porque abriendo El labrador la puerta del establo,Su ya ilustrado par fuésele huyendoCual de la cruz el diablo; Y escogido recóndito paraje,Ambas muías se hartaron de forraje,Diciéndose tendidas en el haza: —Ya el amo no nos ó la noche, vínoles el sueñéronse en el trigo sin cuidado,Como si en casa las tuviera el dueño; Y habiéndolas de lejos acechado Media docena ó más de hambrientos lobos,Despertaron las muías imprudentesA mordeduras de rabiosos dientes; Y á pesar de patadas y corcovos Las mató sobre el campo de sus gocesLa turba de carnívoros así, por la fatal huida,Sin yunta el labrador y ella sin vida. Minadores del orden que hoy existe,Resultado temed no menos en todo casoCuerpo que duerme al raso;Velan los lobos, y, si no se cuida,De las muías y el amo harán LOS TRAGADORES OCULTOS. (Fábula en diálogo entre Don Diego y Don Blas.)DON BLAS. Dígame usted: los pájaros ¿se mueren? DON DIEGO. Todos han de morir cuantos nacieren. DON BLAS. Ya me esperaba lo que usted responde. Se mueren: bien; pero ¿sabremos dónde? Yo ni en campo ni en huerto, Ni en calle ni en tejado, Acerté á ver jamás pájaros muertos; Y es cosa que dejándole admirado, Le hace á uno preguntar por instruirse: ¿Dónde van esos bichos á morirse? 462 OBRAS DE HARTZENBUSCH é DON DIEGO. Sin que de suyo busquen matadero,Callada hueste de nocturnas avesLos caza y se los echa al tragadero. DON BLAS. El que de cauto como yo se precia, Debe á esa acusación, que es de las graves, Contestar como el moro de Venecia: —Se trata de un delito: La prueba, pues; la prueba necesito. DON DIEGO. Mientras se hace juzgar usted por semejanza.¿Qué se han hecho los miles y millonesDe Don Tal y Don Cual, de tantos dones,Que las onzas contaban por espuertas,Y h


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