América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . ar la frescuranaciente. Entramos en la región de las islas pobladas de árboles que preceden á la desembo-cadura del rio. La luna ha salido con todo su esplendor: en torno nuestro todo es silencio,poesía, misterio, grandeza. Navegamos entre dos hileras de paletuvios gigantescos, semejan-tes á las grandes calles de un parque secular. Es un paisaje encantado; á cada lado descuellancon relieves fantásticos bosquecillos, castillos de columnas; en las masas de verdura se vengrandes aberturas que parecen


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . ar la frescuranaciente. Entramos en la región de las islas pobladas de árboles que preceden á la desembo-cadura del rio. La luna ha salido con todo su esplendor: en torno nuestro todo es silencio,poesía, misterio, grandeza. Navegamos entre dos hileras de paletuvios gigantescos, semejan-tes á las grandes calles de un parque secular. Es un paisaje encantado; á cada lado descuellancon relieves fantásticos bosquecillos, castillos de columnas; en las masas de verdura se vengrandes aberturas que parecen inmensos pórticos, y la delicada luz de la luna traza filigrana-das labores en el follaje de los árboles. Un espectáculo como este no puede cansar, yá pesarde nuestras diez y seis horas de canoa llegamos sin notarlo al rancho de las Islas, donde debe-mos pernoctar. Todo el mundo duerme en el rancho, y á fuerza de golpes repetidos conseguimos que seabra una puerta no sin desconfianza. Dormimos seis horas al cabo de las cuales volvemos áemprender la marcha hacia Paraíso. V «?i. 40 314 AMÉRICA PINTORESCA Desde el Norte, en cuya dirección navegábamos, giramos al Oestey entramos en las gran-des lagunas que hay á lo largo de la costa. Estas lagunas comunican entre sí por angostoscanalizos que forman calles de árboles umbrosas y de belleza salvaje: la sombra se convierteen oscuridad, tan densa es, y esas aguas negras, esa selva silenciosa nos traen á la memoriala Estigia ó algún rincón ignorado del Purgatorio donde las almas en pena deben vagar porsoledades infinitas. Grandes mariposas, de alas azules orladas de terciopelo negro, atraviesanel espacio en busca de alguna flor difícil de hallar, mientras que una multitud de cangrejosencarnados y peludos, de patas de color amarillo claro, encaramados en las altas raíces de lospaletuvios, parecen echarnos miradas feroces. Procuro coger uno, pero el muy tunante mesalta osadamente á la cara, y al ver semejante a


Size: 1312px × 1904px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bookcentury1800, bookdecade1880, bookidamericapinto, bookyear1884