La Mujer . de hijos.» ¿Qué le parece ese deta-lle? Admirable, verdad? Y sobre todo, fe-cundo. Pues siga usted le3^endo el segundo ca-pítulo y encontrará usted que «otro artis-ta que acertó á pasar por la deshechamina, vió á medio tallar dorsos de titanesy caderas de diosas», 3^ qué sé yo cuán-tos otros trozos selectos que el padre dedoce hijos no pudo ver, porque prefiriómeterse á tabernero. El otro artista la emprende entonces conel único bloque que pudiera servir paraalguna c/9¿>rt—dice el señor Arreguine—y cátate que asi nació la Venus de Milo\ La verdad es que si la Venus de Milo,descub


La Mujer . de hijos.» ¿Qué le parece ese deta-lle? Admirable, verdad? Y sobre todo, fe-cundo. Pues siga usted le3^endo el segundo ca-pítulo y encontrará usted que «otro artis-ta que acertó á pasar por la deshechamina, vió á medio tallar dorsos de titanesy caderas de diosas», 3^ qué sé yo cuán-tos otros trozos selectos que el padre dedoce hijos no pudo ver, porque prefiriómeterse á tabernero. El otro artista la emprende entonces conel único bloque que pudiera servir paraalguna c/9¿>rt—dice el señor Arreguine—y cátate que asi nació la Venus de Milo\ La verdad es que si la Venus de Milo,descubierta en 1S20, no hubiese tenidootro que hablara de ella y otro que nofuera Villalobos quién nos la presentara endibujo, mejor se hubiera estado escondidaen la destrozada mina de que nos cuentael distinguido escritor Arreguine. Pues, como le dije á usted, señor Direc-tor, ese articulito es lo mejor que traeCaras y Caretas en su último número.¿Cómo será lo demás? Arreallá.. r^ntierran á la orilla de un caminoá los que mueren por su propia mano,y á la azulada llor que allí se críadan el nombre de flor de ! cuántas veces del camino al borde,solo de noche y sumerjido en llanto,merced al rayo de la triste lunala fatídica flor he contemplado. HEINE. ALBm{-REVISTA «LA MUJER» COSTUMBRES Son costumbres viejas; pero muy incó-modas y sobre todo muy inconstituciona-les. Voy á probarlo. Por la ley fundamental que nos rige cadaciudadano tiene derecho á entrar, salir,permanecer y ejercer su oficio con librealbedrío; pero por esa misma ley nadie lotiene (el derecho) de molestar á tercero,por placerle, porque le convenga á su ne-gocio ó sea el cumplimiento de sus de-seos. Pero resulta que según las disposicionesespeciales, cualquier quisque puede me-terse á mercachifle, naranjero, tarrago-nero, pescador ó vendedor de huevos,siempre que satisfaga la correspondientesisa. Estos bípedos implumes son enemigosdeclarados de la tranquil


Size: 2211px × 1130px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bookcentury1800, bookdecade1890, booksubjectwomen, bookyear1899