La Mujer . iniestroque producen las veloces ráfagas del ciclón violento. ¡Qué triste la noche! ¡Qué helado está el suelo!¡Qué ardientes tus manos, tus ojos! ¡Qué ardiente tu aliento!Mientras mueren de frío las aves, me mata tu fuego. El viento levanta en rápido vértigo,cual blancos plumajes de garza de indómito vuelo,de la pálida alfombra de nieve livianos fragmentos. Acércate un poco: No importa que luegosi beso tus labios, me abrase. Tu desdén es la muerte en tus brazos me espera. la muerte prefiero. Acércate un poco. No tengas recelos.¿Por qué dudas? Sin Dios y sin patria, sólo e


La Mujer . iniestroque producen las veloces ráfagas del ciclón violento. ¡Qué triste la noche! ¡Qué helado está el suelo!¡Qué ardientes tus manos, tus ojos! ¡Qué ardiente tu aliento!Mientras mueren de frío las aves, me mata tu fuego. El viento levanta en rápido vértigo,cual blancos plumajes de garza de indómito vuelo,de la pálida alfombra de nieve livianos fragmentos. Acércate un poco: No importa que luegosi beso tus labios, me abrase. Tu desdén es la muerte en tus brazos me espera. la muerte prefiero. Acércate un poco. No tengas recelos.¿Por qué dudas? Sin Dios y sin patria, sólo en tu amor soy tuyo y tu eres mi vida, mi Dios y mi cielo. Acércate un poco. Atiende mi á los míos tus Mi mi , nunca de mí te separes. Mi amor es eterno. ¡Que noche tan fría! ¡Que lúgubre el cielo!L:is aves nocturnas se esconden. Los blancos reflejosde la nieve á las nubes envían fulgor ceniciento. (Remitido), ENRIQUE ALBUM - REVISTA « LA MUJER »


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