. Boletín del Museo Nacional de Chile. Natural history. Carlos Silva F.—la dikphia amhhimone es el mas abundante; el A. Camachoi i el A. dirphüe, cuyas descripciones, junto con la de otra nueva especie, pueden leerse al final de este estudio. Dado el gran porcentaje de larvas parasitadas no es pues, difícil con- seguir el material necesario para hacer algunas interesantes observaciones, ya que la mariposa abunda en Chile desde Coquimbo a Magallanes. Aislando como se ha esplicado mas arriba algunas de estas orugas i teniendo cuidado de alimentarlas suficientemente, se ve que mientras al- gunas
. Boletín del Museo Nacional de Chile. Natural history. Carlos Silva F.—la dikphia amhhimone es el mas abundante; el A. Camachoi i el A. dirphüe, cuyas descripciones, junto con la de otra nueva especie, pueden leerse al final de este estudio. Dado el gran porcentaje de larvas parasitadas no es pues, difícil con- seguir el material necesario para hacer algunas interesantes observaciones, ya que la mariposa abunda en Chile desde Coquimbo a Magallanes. Aislando como se ha esplicado mas arriba algunas de estas orugas i teniendo cuidado de alimentarlas suficientemente, se ve que mientras al- gunas alcanzan a crisalidar, otras languidecen poco a poco, a tal punto que al fin no aceptan ni el alimento i sólo se mueven si se las toca u hosti- liza. Esto se debe a que las larvas del Apaníeles que las ha parasitado (i que en número no inferior a 30 llevan en su interior) han ido creciendo, alimentándose de la grasa i órganos interiores de su mesonero; al princi- pio, la naturaleza da a este pobre animal la resistencia necesaria para se guir viviendo i resistir los destrozos que su parásito efectúa en el interior de su cuerpo, pero cuando ya las larvas del Apanteles. suficientemente cre- cidas, devoran los órganos mas vitales la oruga muere, después de haber dado a luz la larvas de su enemigo. Hemos asistido muchas veces al na- cimiento de las tales larvas parásitas, que suelen asomar de a 2 ó 3, por distintas partes del cuerpo de la oruga. Son de color blanco-amarillento, encorvadas i atenuadas en los dos estremos. Cuando empiezan a salir, aparecen como un pe- bueno botón blanquecino, i poco a poco van einerjiendo, ayudadas por los movi- mientos de dolorosa contracción que ve- rifica la oruga. No bien salen completa- mente cuando comienzan a hilar un ca- pullito blanco que las ha de protejer i dentro del cual pasarán su estado de fic- de .í/5«.//í/í.f al esterior a través de la piel de l;i ninfa. oruga (Según Howaíti i l-'iskc). L
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